El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, hizo esas consideraciones este jueves al inaugurar en Madrid la jornada ‘Horizonte COP30: impulso global a la economía verde, circular y competitiva’, organizada por Ecoembes.

La UE aún no ha registrado ante la ONU su plan climático actualizado de reducción de emisiones para 2035, un requisito exigido en el marco del Acuerdo de París -adoptado en 2015- y antes de que el próximo 10 de noviembre comience la 30ª Cumbre del Clima -conocida como COP30- en Belén (Brasil).

Hasta el pasado 30 de septiembre lo hicieron 64 países, que abarcan un 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cuando la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) tiene 198 miembros (197 Estados y la UE).

La Ley Europea del Clima, en vigor desde julio de 2021, fija un primer objetivo de reducir al menos en un 55% las emisiones hasta 2030 en comparación con los niveles de 1990. Según la Comisión Europea, bajarán un 54% a finales de esta década tras analizar los planes climáticos nacionales de los países de la UE, salvo Bélgica, Estonia y Polonia.

El Ejecutivo comunitario propuso el pasado julio cambiar esa ley para recoger otro objetivo intermedio: un 90% menos emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2040 en comparación con los niveles de 1990. Esa meta aún no está cerrada, a la espera de que se pronuncien el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE.

Y el Consejo de la UE, donde están representados los 27 países comunitarios, aprobó en septiembre una declaración de intenciones con el objetivo de que la UE recorte sus emisiones entre el 66,25% y el 72,5% en 2035 en comparación con los niveles de 1990.

HOJA DE RUTA

Los ministros de medio ambiente de la UE se reunirán el próximo martes, 4 de noviembre, para intentar alcanzar un acuerdo de cambiar la legislación climática europea y fijar un objetivo climático intermedio vinculante para 2040.

“España va a ir al Consejo del próximo día 4 con una posición firme, que es la que ha venido manteniendo hasta ahora: una exigencia de preservar la hoja de ruta marcada a 2050 con los calendarios intermedios a 2035 y a 2040”, sentenció Morán.

Además, Morán apuntó que la delegación española acudirá a la COP30 de Belén con “una posición muy clara”. “Es necesario, en primer término, respetar los acuerdos de París y, en segundo término, implementar la hoja de ruta que se ha venido desarrollando a partir del año 2015”, comentó.

En este sentido, subrayó: “Si nos movemos de esa hoja de ruta, los primeros que vamos a perder vamos a ser nosotros, pero, lo fundamental, tenemos que ser capaces de responder a una exigencia social”.

No obstante, recordó que, según Eurostat, más del 80% de los españoles demandan a su Gobierno que actúe decididamente para combatir la emergencia climática, cuando la media comunitaria se sitúa en torno al 70%. “No puede ser que los gobiernos caminen en dirección contraria a lo que el conjunto de la sociedad demanda”, comentó.

“CAMBIO BRUTAL”

Por su parte, Josep Puxeu, presidente de Ecoembes y miembro del Comité Económico y Social Europeo (CESE), comentó que, una década después del Acuerdo de París, el planeta está en “un proceso de cambio brutal generado por el calentamiento” y en “un momento de absoluta emergencia”.

“¿Qué pedimos? Una posición dura y seria del Gobierno español en el Consejo para que la Comisión Europea deje de hacer el bobo y con el Parlamento, con el Comité Económico y Social, el Comité de las Regiones y todas las instituciones, acuda a Brasil a comprometer un acuerdo potente para salvar lo mínimo: tierras, suelos, agua, biodiversidad y una idea de medio plazo, la apuesta por la descarbonización y la inversión en nuevas tecnologías”, comentó.