Según la sentencia, hecha pública hoy, los magistrados consideran probado que Idoia López Riaño formaba parte de ETA desde 1986 y que se integró en el "comando Madrid", junto con Juan Ignacio de Juana Chaos, Antonio Troiiño Arranz, Inés del Río Prada, Juan Manuel Soares Gamboa y otro miembro más, ya fallecido.

Para los magistrados, de acuerdo con las instrucciones recibidas por la dirección de ETA de atacar a la Guardia Civil, López Riaño y los otros miembros del comando aceptaron la propuesta de Soares Gamboa, de ampliar la información que les había facilitado Inés de los Ríos sobre el cuartel que la Benemérita tiene en la calle Príncipe de Vergara.

Así, López Riaño y otros seis integrantes del denominado "comado Madrid", decidieron atacar un convoy de la Guardia Civil, formado por un autobús, un microbús y un Land Rover, que salía todas las mañanas a las 7,15 horas del mencionado cuartel y que pasaba por la Plaza de la República Dominicana.

Para tal fin, "la Tigresa" y los otros miembros del comando cargaron una furgoneta marca Sava, comprada en junio en El Rastro de Madrid por 175.000 pesetas, con cinco ollas a presión llenas de tornillos, tuercas, varillas metálicas y eslabones de cadena, y las conectaro a 35 kilos de goma-2. La bomba se accionaría con un mando a distancia.

La dinamita había sido entregada a los terroristas, después de que el comando pidiera dichos explosivos a Santiago Arrospide Sarasola, "Santi Potros", quien los facilitó conociendo la utilidad que iban a tener.

Así, los terroristas aparcaron un turismo en la Plaza de la República Dominicana, de modo que cada día, por la noche y a veces de madrugada, procedían a sustituir un coche de ETA por la furgoneta-bomba, conducida por Sares Gamboa y López Riaño.

Como el convoy de la Guardia Civil no pasaba, también cada día retiran la furgoneta y colocan en su lugar el turismo, hasta el día del atentado, el 14 de julio de 1986.

Ese día, a las 7,45 horas, uno de los etarras, Troitiño, se colocó en una parada de autobús próxima al lugar donde estaba la furgoneta y al ver que se acercaba el convoy de la Guardia Civil a la altura precisa, accionó con el mando a distancia el artefacto explosivo, lo que hizo que la furgoneta-bomba satase en pedazos y alcanzase de lleno el lateral derecho del autobús.

Como consecuencia de este atentado murieron 12 guardias civiles y resultaron heridas otras 77 (43 agentes de la Benemérita y 34 civiles). Además, la deflagración causó daños en 51 vehículos y 279 inmuebles.

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito de atentado con resultado de muerte, once de asesinato consumado, otros 78 más de carácter frustado y uno de estragos.

Por estos delitos, la Sala e lo Penal impone a "Santi Potros" 1.920 años de cárcel y 1.572 a "la Tigresa". La Audiencia Nacional no condena a Arrospide Sarasola por el delito de estratos, ya que así lo prohibía la extradición por la que fue entregado a España.

Por este atentado han sido condenados ya José Ignacio de Juana Chaos, Antonio Troitiño Arranz, Esteban Esteban Nieto e Inés del Río Prada. El último de ellos fue el arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa, sentenciado a 1.561 años de cárcel en abril de 2000 y a quien recienemente se le ha concedido el tercer grado penitenciario.