"No tengo ganas de hablar", dijo a Servimedia Valentín Lasarte, en cuyo bar su hio conoció a Fernando Múgica, antes de asesinarlo fríamente de un tiro en la nuca.

El silencio del padre del etarra contrasta con las palabras de elogio que dirigió a su hijo después de que consiguiera burlar la vigilancia policial tras cometer el atentado que costó la vida a Fernando Múgica.

"Yo estoy muy orgulloso de mi hijo", dijo entonces, "porque ha sido un chico muy majo. Le quiere mucho mucha gente. El tendrá sus ideas y él sabra lo que ha hecho, si lo ha hecho".