Un total de 7.265 personas hicieron colas de hastatres horas durante el viernes, sábado y domingo a las puertas de la primera pinacoteca nacional para contemplar la selección de 95 obras de pequeño formato, procedentes de museos y colecciones particulares españoles y extranjeros.

Para facilitar el acceso a esta exposición, los responsables del Prado han habilitado una entrada específica a las Salas Temporales donde están expuestos los cuadros de gabinete y bocetos sobre lienzo, tabla u hojalata que componen la antología de la pintura más íntima de Goa.

Precisamente la puerta que lleva el nombre del pintor aragonés es la que da paso a las dos salas dedicadas a la muestra, que quedan apartadas del resto del museo por una puerta que las incomunica de la exposición permanente. Esta circunstancia hace posible computar con exactitud el número de visitantes que van específicamente a ver "El capricho y la invención", algo que no fue posible con la antológica de Velázquez.

La mayor parte de las obras expuestas pertenecen a colecciones privadas o han ormado parte de alguna de ellas durante mucho tiempo, por lo que la posibilidad de verlas juntas cobra un doble interés. Son los cuadros en los que el artista se sentía más libre para expresarse, ya que no eran realizados por encargo sino para su propia satisfacción.