Metales tóxicos

La exposición a metales tóxicos promueve la aparición de hipertensión, trombosis y enfermedad cardiovascular

MADRID
SERVIMEDIA

La exposición a metales tóxicos puede ocasionar la aparición de hipertensión, arteriosclerosis, aterosclerosis, trombosis y enfermedad cardiovascular, según destacaron los expertos en el marco de las Jornadas del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC), que se celebran en formato virtual del 28 al 31 de marzo.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en el mundo y uno de los mayores condicionantes de discapacidad, por lo que un pequeño incremento del riesgo cardiovascular implica un gran aumento en la mortalidad poblacional. Se estima que el número de personas afectadas por esta enfermedad aumentará sobre todo por la mayor longevidad de la población y por las mejoras en su diagnóstico.

Respecto al diagnóstico, la doctora Teresa Arrobas Velilla, una de las coordinadoras del curso, señaló que “la detección precoz de dislipemias iniciada desde el laboratorio clínico, sobre todo en prevención primaria, es una estrategia coste-efectiva y supone una mejora en la calidad de vida del paciente, evitando el desarrollo de futuros eventos cardiovasculares, incluso en sus familiares, si se realizan estudios genéticos de segregación familiar”.

Por ello, añadió, resulta imprescindible el trabajo coordinado entre los especialistas en análisis de laboratorio y los clínicos para la correcta valoración del riesgo cardiovascular global del paciente.

METALES TÓXICOS

Dentro de este curso se actualizarán los últimos conocimientos sobre el papel de los elementos traza tóxicos (como el plomo, cadmio, arsénico, mercurio o cerio, entre otros) y el estrés oxidativo en la génesis de las complicaciones cardiovasculares, que constituyen un área emergente de investigación en la salud pública.

En este sentido, la doctora Montserrat González Estecha, una de las coordinadoras del curso, explicó que la exposición al plomo en la población general ha sido muy importante por su uso en la gasolina en el siglo XX y sus efectos más estudiados sobre el sistema cardiovascular se han centrado principalmente en su asociación con la hipertensión arterial. Además, el plomo se ha asociado con la enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, enfermedad arterial periférica y alteraciones en la función cardiovascular, como hipertrofia del ventrículo izquierdo y alteraciones del ritmo cardiaco.

Por su parte, el cadmio -procedente principalmente del humo del tabaco- podría estar implicado en el inicio de la aterosclerosis subclínica y asociado con morbilidad cardiovascular. “También se ha evaluado el riesgo medioambiental y sobre la salud de la exposición al cerio, otro elemento traza altamente contaminante usado como componente de los catalizadores y como aditivo del diésel”, apuntó.

En cuanto al metilmercurio procedente del consumo de pescados contaminados, “aunque la evidencia es débil, en adultos y en algunos estudios con población muy expuesta se ha observado cierta asociación con infarto de miocardio, arritmias, hipertensión arterial, descenso de la variabilidad de la frecuencia cardiaca y desarrollo de la placa de ateroma”, señaló la doctora González Estecha.

Además, en los últimos años se está prestando especial atención al arsénico procedente de aguas contaminadas y consumo de ciertos alimentos y se ha referido que juega un papel importante en la aterogénesis, hipertensión, diabetes, tromboangeítis obliterante, enfermedad arterial coronaria e infarto cerebral.

En resumen, subrayó esta experta, la exposición a metales tóxicos causa estrés oxidativo, disminuye la disponibilidad de óxido nítrico, promueve la inflamación y la apoptosis, puede causar daño endotelial, impedir su reparación, inhibir la angiogénesis y aumentar la agregación plaquetaria, por lo que puede promover la aparición de hipertensión, arteriosclerosis, aterosclerosis, trombosis y enfermedad cardiovascular.

(SERVIMEDIA)
28 Mar 2022
ABG/gja