El organismo internacional dio a conocer este miércoles una actualización de sus previsiones en el marco del Artículo IV, tras la visita del organismo internacional a España.

El FMI destaca que el crecimiento será “relativamente débil en los próximos trimestres”, mostrando una demanda externa “débil” y un deterioro de la confianza del consumidor.

Sin embargo, cree que la actividad “debería repuntar” en el curso de 2023, por una mayor disipación de las restricciones en la oferta, la continua recuperación en los servicios que requieren un contacto intensivo y la aceleración del gasto de inversión en el marco del plan de recuperación.

El FMI proyecta que para comienzos de 2024 la producción haya alcanzado el nivel registrado antes de la pandemia.

Sobre la inflación, se espera una moderación gradual en 2023 por la comparativa con los altos niveles de 2022, la reducción de los cuellos de botella y “cierta normalización” de los precios de los combustibles fósiles. No obstante, el organismo ve probable que la inflación general y la subyacente se mantengan por encima del 2% hasta 2024.

El organismo recuerda la elevada incertidumbre que rodea a estas previsiones y los riesgos a la baja que se prevén, de los que el principal para España es un nuevo aumento de los precios de la energía por continuas interrupciones en la oferta o un ajuste insuficiente de la demanda en el mercado energético en Europa.

PACTO DE RENTAS

El FMI no detecta hasta el momento señales de una espiral salarios-precios, aunque señala que el crecimiento de los salarios “ha estado contenido, pero ha aumentado levemente la proporción de trabajadores afectados por acuerdos salariales con cláusulas de indexación a la inflación”.

Ve la pérdida de poder adquisitivo “inevitable” y pide que sea absorbida mediante una merma “temporal” de los ingresos reales de los hogares y de las empresas. En este punto, considera que un pacto de rentas que reparta dicha pérdida “podría reducir el riesgo de una inflación persistente”.

Sobre la reforma laboral, destaca sus resultados “positivos” para elevar el empleo indefinido, aunque matiza que es “demasiado pronto” para evaluar su impacto general.

MEDIDAS ENERGÉTICAS MÁS FOCALIZADAS

Precisamente sobre la energía, el FMI ve “oportuno” el despliegue de medidas para amortiguar la fuerte subida de los precios, pero juzga “deseable” que haya un “mayor grado de focalización”. “La mayor parte del apoyo fiscal se ha destinado a medidas no focalizadas y que distorsionan las señales de los precios, como reducciones del impuesto sobre la electricidad y la bonificación de los carburantes. Estas últimas han sido costosas desde el punto de vista fiscal, y han beneficiado de forma desproporcionada a los hogares de mayores ingresos”, considera.

Sobre el mecanismo ibérico, valora que “modera en cierto grado” los incentivos para ajustar la demanda y “no acarrea un coste fiscal”.

Ante la previsión de que los precios del gas sigan elevados, el FMI recomienda transferencias directas en forma de vales vinculados a los ingresos o el tamaño de los hogares “en lugar de la aplicación de medidas de reducción de precios”. Otras iniciativas propuestas son las tarifas por tramos de consumo y/o una mayor expansión de las tarifas sociales (descuentos para los hogares vulnerables, como el bono social de España).

Además, considera que el apoyo concedido a los hogares de mayores ingresos “puede recuperarse a través del sistema tributario”.

MEDIDAS EN HIPOTECAS

Respecto a las hipotecas, el organismo internacional advierte de que los prestatarios españoles están “muy expuestos” al aumento de los tipos de interés, dada la elevada proporción de hipotecas a tipo variable (aproximadamente un 75% de todas las hipotecas), aunque puntualiza que en años recientes se están concediendo las nuevas hipotecas a tipo fijo.

“Las medidas de alivio de las hipotecas, que se están debatiendo, deberían estar dirigidas a los hogares más vulnerables”, añade.

Por último, sobre los fondos europeos, considera que “la falta de información sistemática e integral sobre la ejecución, incluyendo aquella en términos de contabilidad nacional, hace difícil evaluar el grado en que los recursos están llegando a la economía real”. Por eso, insta a “mejorar la coordinación en todos los niveles del gobierno y con el sector privado, y reforzar la recopilación y publicación de datos sobre la ejecución de las inversiones”.