En un comunicado, Foment lamentó la creación de este impuesto y dijo que está planteado desde un “debate ideológico y no desde una perspectiva de política fiscal”.

La patronal quiso expresar su preocupación ante “las consecuencias que puede tener este nuevo tributo, expulsando los patrimonios individuales y perjudicando la creación de riqueza”. Aseguró que puede hacer “muy mal a España sin obtener ningún beneficio”.

Asimismo lo catalogó de “confiscatorio" y anticipó que "acabará siendo declarado inconstitucional”.

Recordó que el Partido Socialista “rechazó un impuesto de estas características" planteado por Podemos en el Congreso de los Diputados en junio alegando "riesgo de solapamiento y de dudosa eficiencia recaudatoria”.

Por último, instó al Gobierno a “adoptar otras medidas más eficientes como la de deflactar la tarifa del IRPF de acuerdo con la inflación” porque “no se tiene que olvidar que la recaudación por IRPF los siete primeros meses de 2022, respecto a 2021, ha aumentado en más de 10.000 millones de euros”, lo que supondría un 17% más de recaudación, “que en su mayor parte viene explicada por el aumento de los precios”.