Según los expertos, en torno al 15% de los adolescentes franceses de 11 a 18 años, (en torno a 900.000), experimentan altos niveles de sufrimiento debido a este tipo de patologías.

El objetivo de esta medida es detectar síntomas como el absentismo escolar, el aislamiento o conductas agresivas entre jóvenes de este segemento de edad, que pueden enmascarar trastornos depresivos, con el fin de tratar esta dolencia de forma temprana y evitar sus consecuencias más graves como el suicidio o el abandono del hogar.

Con frecuencia los adolescentes con problemas de salud mental y sus familiares no saben a dónde acudir en busca de ayuda, por ello se han creado estas unidades en las que psicólogos, asistentes sociales, educadores y enfermeras les atienden o se trasladan hasta los centros donde estudian o a sus propios domicilios, cuando es posible, para orientarles y prestarles ayuda.

Este método está permitiendo acortar el tiempo de espera para este tipo de asistencia de ocho meses a tres semanas en las localidades de Roubaix, Havre y Rennes, donde está funcionando de manera experimental.

Los profesionales que están ofreciendo este servicio se reunirán en la localidad Lille los días 27 y 28 de marzo, con el fin de intercambiar sus experiencias y dar a conocer los resultados obtenidos.