Gema tiene parálisis cerebral severa y solo puede realizar movimientos voluntarios con los ojos. Su forma de comunicarse siempre ha sido la comunicación aumentativa y alternativa (CAA) y gracias a ello ha conseguido convertirse en la primera joven con su condición que supera la Educación Secundaria Obligatoria.

Hoy Gema es una pieza clave en la Fundación que lleva su nombre y participa activamente en actos, charlas y tareas de la organización. Su historia, afirmó la responsable de Relaciones Institucionales de la Fundación y madre de Gema, Rut Galán, demuestra que “todo el mundo tiene intención comunicativa; lo importante es darles las herramientas para expresarse”.

En conversación con Servimedia, Rut Galán recordó que durante años tuvo que “pelear para que se reconociera" la capacidad de su hija, "para que pudiera usar su comunicador en clase o para que se adaptaran las metodologías a su forma de aprender”.

“Había días en los que se aburría en el colegio porque no podía participar”, explicó. “Nadie entendía que, aunque no hablara, sabía mucho más de lo que parecía”. “Todavía existe desconocimiento sobre la CAA”, así como prejuicios que “afectan directamente al aprendizaje, la participación y el desarrollo de miles de niños y adolescentes” en España, lamentó.

EL PROYECTO CONECTA+

Para contrarrestar esta situación, la Fundación Gema Canales ha presentado en Asturias el proyecto ‘Conecta+’. La coordinadora de esta iniciativa, Sierra Caravantes, explicó en una entrevista concedida a Servimedia, que el programa nace de una necesidad detectada en los centros educativos. “Existen barreras sociales, educativas y actitudinales que impiden que la comunicación aumentativa y alternativa se integre con normalidad en el aula. ‘Conecta+’ surge para garantizar el derecho a la comunicación de las personas que presentan dificultades, pero también para transformar la mirada de la comunidad educativa”, indicó.

Por ello, ‘Conecta+’ concibe como “una puerta de cambio” y como “una herramienta para promover centros más inclusivos, accesibles y respetuosos” con la diversidad comunicativa.

Si por algo destaca ‘Conecta+’ es por su enfoque. El contenido no lo elaboran especialistas que tratan de interpretar lo que necesitan los jóvenes, sino los propios jóvenes. Nueve adolescentes procedentes de diversas comunidades autónomas, todos ellos usuarios de comunicación aumentativa y alternativa, son quienes están creando, junto a profesionales voluntarias, una guía que servirá como base para las formaciones.

El plan es ambicioso, explicaron. Serán ellos quienes impartan las sesiones en colegios, institutos y universidades. Su trabajo estará remunerado, igual que el de cualquier ponente experto. Las formaciones incluirán sensibilización, experiencias personales y recomendaciones de buenas prácticas. La guía será “un documento vivo”, que se irá adaptando según las necesidades de cada centro y la evolución del proyecto.

Para Sierra Caravantes este modelo es fundamental: “No queremos hablar por ellos. Queremos que sus voces sean escuchadas, respetadas y reconocidas. Son ellos quienes saben qué necesitan, qué barreras encuentran y qué puede ayudarles”.

UNA OPORTUNIDAD LABORAL

Más allá de su función pedagógica, ‘Conecta+’ supone una oportunidad laboral inédita para jóvenes que suelen quedar excluidos del mercado de trabajo.

Muchos de ellos, explicó la Fundación, han enfrentado grandes dificultades en la escuela y cuentan con pocas opciones laborales. Sin embargo, poseen un “conocimiento real y valioso sobre diversidad comunicativa”.

Rut Galán recordó que “si ya de por sí el sistema educativo puede ser duro con ellos, el mercado laboral es prácticamente inexistente”. Por eso, insistió, la Fundación quiere ofrecerles “un espacio profesional en el que su experiencia no solo sea útil”, sino “imprescindible”.

“Ellos han vivido en primera persona la vulneración de derechos comunicativos”, señaló. “Eso les convierte en los mejores formadores, porque nadie puede enseñar mejor que quien ha tenido que luchar para ser escuchado”.

UN SISTEMA EDUCATIVO AÚN INSUFICIENTE

La Fundación sostiene que el sistema educativo español avanza, pero que “todavía no garantiza plenamente el derecho a la comunicación”. Falta formación para el profesorado, recursos específicos y sensibilización.

En algunos casos, señaló, hay centros que siguen mostrando “reticencia hacia el uso de comunicadores o hacia la adaptación de metodologías”.

“No se puede hablar de educación inclusiva si no se garantiza el acceso a la comunicación”, insistió Sierra Caravantes.

‘Conecta+’ quiere ser una “herramienta para cambiar esta realidad” desde dentro, ofreciendo sesiones directas en los centros y aportando testimonios en primera persona.

El proyecto cuenta por ahora con el apoyo de Eurocaja Rural, pero la Fundación continúa buscando financiación para cubrir una demanda que está creciendo antes incluso de comenzar a promocionarlo. “Los colegios nos escriben porque necesitan formación y sensibilización”, explicó Caravantes.

La intención es llegar al mayor número posible de comunidades autónomas en 2026, comenzando por centros de Toledo, donde está la sede de la Fundación, y por dos universidades que ya han mostrado su interés.

Además, trabajan para establecer alianzas con otras entidades del sector social, con la intención de aportar su experiencia en CAA a proyectos compartidos.

EL PROGRAMA ‘ALTAVOCES’

‘Conecta+’ se complementa con el proyecto ‘Altavoces’, otra de las grandes apuestas de la Fundación. A través de él, se ofrecen becas completas para que niños y jóvenes sin recursos puedan acceder a un sistema de comunicación adaptado, su entrenamiento y su alfabetización comunicativa.

Sin ‘Altavoces’, explicó Rut, muchos futuros participantes de ‘Conecta+’ “nunca tendrían acceso a un comunicador”. “Es un proceso largo, un camino de meses, pero cambia vidas. La comunicación es un derecho y no podemos permitir que dependa de la economía de una familia”, afirmó Rut Galán.

‘Conecta+’ llega para quedarse. No es un proyecto puntual ni simbólico. Es una apuesta estratégica que la Fundación quiere mantener activa mientras exista financiación. Con la combinación de testimonios reales, formación, sensibilización y participación directa de jóvenes con grandes necesidades comunicativas, la Fundación quiere “impulsar una nueva cultura educativa”.

“Este proyecto es un paso enorme hacia la justicia comunicativa”, destacó Caravantes. “Si queremos una educación inclusiva, primero tenemos que garantizar que todo el mundo pueda hablar y ser escuchado”, concluyó Rut Galán.