Según explicó la propia Fundación Integra, desde su nacimiento en 2001, trabaja para ofrecer una segunda oportunidad a través del empleo a personas que, por ejemplo, están en situación de sinhogarismo, que superaron situaciones de adicción o que salieron de prisión, jóvenes en exclusión, o mujeres víctimas de violencia, trata o prostitución, entre otras, pueden llegar a la fundación derivadas desde las 450 entidades sociales de atención primaria con las que trabajan a nivel nacional.

La presidenta ejecutiva y fundadora de Fundación Integra, Ana Botella, sostuvo que el empleo es la “mejor medida social". La fundación consigue cada año un empleo a 2.000 personas, con una gran tasa de éxito: nueve de cada diez personas contratadas reciben una valoración positiva de su desempeño por parte de sus responsables directos.

La fundación contribuye a desarrollar modelos de negocio sostenibles gracias al rol social de las empresas. Trabaja de la mano de las empresas en la gestión de su huella social, abordando temas materiales de sostenibilidad directamente relacionados con el empleo responsable para impactar positivamente en los grupos de interés, entre los que se encuentra la comunidad local.

Las empresas, por su parte, colaboran con la fundación contratando a los candidatos en sus plantillas, a través del voluntariado corporativo de empleados, acciones de sensibilización y mediante aportaciones económicas que les permiten atender con calidad a las personas que llamar a su puerta buscando una oportunidad.