En un comunicado, señaló que la propuesta presentada por la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, recoge las demandas que vienen exigiendo desde hace años, pues, para la entidad, una Europa cada vez más electrificada es “la única opción viable para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París”.

“Ahora es necesario que estas medidas se desarrollen y concreticen a nivel europeo”, subrayó la fundación, que aplaude el “liderazgo” que España está tomando en cuestiones “tan necesarias para el sector energético europeo como son la reforma del mercado marginalista y la eliminación de energías no sostenibles para no retrasar más la imprescindible la transición ecológica”.

La Fundación Renovable indicó que actualmente existe un mercado marginalista que “premia la especulación y las malas prácticas, con las fuentes de generación concentradas en unas pocas grandes compañías”. Así, criticó que grandes embalses han sido gestionados “de manera poco ética en momentos estratégicos para incrementar las ganancias”, o que, en los últimos días, la energía nuclear, después de 30 años “aduciendo imposibilidad de reducir su carga”, se vuelve “flexible para dar entrada a la eólica”.

“Es tan importante que el precio casado no sea desorbitado como que no sea cero y mucho menos que este se transmita a todas las ofertas”, indicó.

Para la Fundación Renovable, una solución “lógica” debería pasar porque “las nuevas renovables entraran a través de subastas o un contrato bilateral de compraventa de energía (PPA, por sus siglas en inglés) que las retiraran del mercado, evitando bajar a valores próximos a cero los mercados mayoristas y favoreciendo que las empresas privadas inviertan en nuevas plantas”. Otro paso necesario propuesto es que la hidráulica, la nuclear y parte de las renovables que hay actualmente en funcionamiento “entren como rentabilidad predefinida, tras la consiguiente auditoría de coste”.

No obstante, apuntó que la reforma no debe obviar “la problemática de la fiscalidad ambiental”, puesto que “sigue habiendo impuestos medioambientales que se aplican por igual a energías que contaminan y que no contaminan”.

También subrayó “la falta de definición del diseño de una tarifa progresiva en el mercado español, con objeto de que se graven los consumos no responsables, y que también incluya una tarifa con criterios sociales, que reconozca un consumo mínimo garantizado a coste reducido”.

“Es necesario sumar y trabajar en todos los aspectos de la crisis energética para llegar a la descarbonización del sector y evitar que las peores consecuencias las sufra la ciudadanía, en especial las familias más vulnerables”, indicó.