Fernández Madrid, que participó en un master de restauración de la Universidad de Navarra en Torreciudad (Huesca), señaló, no obstante, que "el esfuerzo restaurador en los últimos 15 años ha sido enorme, tanto en Aragón como en todaEspaña, gracias al impulso que ha dado el Ministerio de Cultura".

"En el patrimonio románico del Alto Aragón se ha hecho un esfuerzo grande por restaurar lo que había destruido el deterioro de tantos siglos. En algún caso se ha optado por iguales, es decir, tomar un modelo y con este recuperar el monumento. Soy de la opinión de que cada monumento tiene que ser restaurado con las características propias y uno a uno", explicó.

Al respecto, agregó que "una ruina no puede dejar de ser ruina para convrtirse en edificio si no va a tener uso. Es mejor dejar una ruina consolidada y retocada para que no se derrumbe. Ese sería el caso de las ruinas del templo románico de Gavín, en Castillejo de Jaca (Huesca)".

El profesor de la Universidad de La Coruña manifestó también que "en muchas de estas ruinas se han advertido una serie de características comunes, que han servido para unificar criterios a la hora de reconstruir. Por ejemplo, es el caso de Santa María de Iguacel (Huesca), cuya iglesia ha sido perltada y dotada de unos canecillos y alero que no poseía".

Por último, Fernández Madrid defendió por último una restauración paulatina, "acorde con un deterioro que ha sido año tras año, siglo tras siglo. Es decir, que interesa dedicar una cantidad razonable, pero constante de presupuesto. De esta forma, dará tiempo a meditar la solución final, qué proyecto se va a seguir y, en definitiva, no precipitarse, lo que desvirtuaría la tarea restauradora".