Estas ayudas, según informó el departamento que encabeza Anna Birulés, se destinarán a financiar, principalmente, los costes de las infraestructuras necesarias para llevar a cabo dichos proyectos.

El Plan Nacional de I+D+I tiene entre sus objetivos fomentar la interrelación entre el secor productivo y el sector investigador. Una manera clave de influir en esta interrelación e incluso, en ocasiones, para conseguir que ésta se produzca, es conseguir las infraestructuras cientifico-tecnológicas adecuadas para el intercambio de servicios y, en definitiva, para la transparencia de tecnología entre el mundo científico y el productivo.

Entre este tipo de infraestructuras ocupan un lugar preeminente los parques científicos y tecnológicos, entendiendo por tales los enclaves físicos, generamete vinculados a universidades, organismos de investigación y empresas, administrados por una entidad jurídica que aporta medios humanos y sigue un plan de viabilidad y gestión.

Los proyectos para conseguir las ayudas pueden ser presentados por las entidades de derecho público y otras sin ánimo de lucro y por las empresas, siempre que en todos los casos se persiga la promoción de un parque científico y tecnológico.