En la tercera sesión plenaria internacional de este congreso, dedicada a la 'Justicia climática y derechos de la infancia', moderada por Leo Ratledge, codirector de la Red Internacional de los Derechos del Niño (CRIN), también intervinieron Elisa Morgera, relatora Especial de la ONU sobre Cambio Climático y Derechos Humanos, profesora de Derecho Ambiental Global; Lara Lázaro Tousa, investigadora Principal del Real Instituto Elcano; y Elda Moreno, asesora especial de Medio Ambiente del Consejo de Europa.

Sáenz de Miera insiste en que “ya empezamos a ver claramente sus impactos (inundaciones, sequías, incendios…), afecta ya a todas regiones del mundo, la ciencia nos dice que será mucho más importante en el futuro y es conocido que va a ser un potenciador de conflictos, por ejemplo, menores cultivos por sequías pueden llevar a activar revueltas sociales, migraciones”.

En este contexto, según Saénz de Miera, se producen tres injusticias: “intergeneracional, dado que las generaciones actuales somos las que hemos causado el problema y deberíamos ser las que estuviéramos tomando medidas efectivas, y serán las generaciones venideras las que lo sufrirán; entre países más y menos emisores; e injusticia social y económica, dado que los más vulnerables, que son los que menos contribuyen al problema, serán los más afectados porque tienen menor capacidad de adaptación y porque suelen ser donde el cambio climático va a tener los peores efectos, como en Africa o India”.

Frente a esta situaciones, el experto en cambio climático, considera que las empresas deben reaccionar y tener responsabilidad social. “Iberdrola está acelerando la acción climática, llevamos más de 20 años invirtiendo para sustituir a los combustibles fósiles, que son los que causan el problema, por energías limpias y renovables; con ello contribuimos a reducir los efectos del cambio climático, sobre todo, a los más vulnerables, a los niños y a los jóvenes”. También destaca la labor de “concienciación a las administraciones, a otras empresas, ayudando a que se tome conciencia de esta situación y se acelere la acción climática”.

También explica que “desde hace cuatro años tenemos una alianza estratégica con Unicef y con diferentes organizaciones para aprovechar las oportunidades de formación y empleo que supone la transición energética para jóvenes en situación de vulnerabilidad en España, Brasil, Somalia... Se identifican los perfiles más demandados, se forma a los jóvenes y se les ofrecen prácticas y empleo ya sea Iberdrola o en nuestros suministradores. Y como resultado de este trabajo conjunto, poniendo en valor el conocimiento, la experiencia, los recursos y las fortalezas de cada uno, está siendo un ejemplo de alianza transformadora que contribuye a que miles de jóvenes que sufren una situación de alta vulnerabilidad mejoren su integración social y laboral con empleos de calidad y de enorme futuro”.

Sáenz de Miera asegura que “el cambio climático está mostrando ya sus efectos y se está acelerando porque no estamos haciendo lo necesario. Y la ciencia nos dice que va a más en el futuro, por lo que serán los jóvenes actuales, los que sufrirán las mayores consecuencias”.

Resalta que se trata de un problema muy complejo que requiere la colaboración de todos, “las acciones individuales no son suficientes. Necesitamos la participación de, administraciones, empresas, ONG y ciudadanos para cambiar la sociedad hacia un sistema más sostenible y más justo”.

Y concluye con una recomendación hacia los jóvenes: “que sean más proactivos y exijan acción a los Gobiernos, porque ellos no son los responsables de la crisis climático, pero van a ser los que más van a sufrir las consecuencias del cambio climático, y con su activismo, influirán en las decisiones de los Gobiernos y de las empresas para avanzar hacia un sistema energético más justo y más sostenible”.