El número de particulares con patrimonios muy elevados (aquellos que disponen de más de 30 millones de dólares en activos financieros líquidos) creció un 8,9% el pasado año, lo que supone 77.500 personas más en todo el mundo.

Basándose en el "Indice del Coste de Vivir Extremadamente Bien" de la revista "Forbes", Merrill Lynch ha creado dos índices que distinguen el consumo de lujo de los particulares con patrimonios muy elevados del de los particulares con patrimonios elevados (más de 1 millón de dólares en activos financieros líquidos).

Así, el índice de los súper ricos subió un 11,3% entre 2003 y 2004, mientras que el relativo a los bienes y servicios de lujo de los ricos experimentó un incremento del 6,4%, lo que indica que la inflación sobre los productos más lujosos fue sensiblemente más fuerte que la de los productos de lujo más moderados.

La tasa de los súper ricos se calcula empleando una cesta de productos y servicios sólo al alcance de patrimonios muy elevados, incluidos los aviones privados, vehículos Rolls Royce y yates de lujo.

Por su parte, la cesta de bienes de los ricos contiene productos de lujo de menor precio en las mismas categorías, como billetes de avión de primera clase, automóviles y barcos a motor, entre otros artículos.

El estudio señala que la subida de los precios supone un desafío para los súper ricos y sus asesores financieros, ya que estos particulares no sólo afrontan las "dificultades" de gestionar su riqueza, "sino que necesitan anticiparse y enfrentarse a una inflación mucho más elevada que la mayoría de los particulares".