Así lo manifestó la organización mediante las alegaciones que presentó al Proyecto de Real Decreto por el que se modifican otros que establecen las normas básicas de ordenación de determinadas explotaciones ganaderas. Hasta mañana está abierto el plazo para la participación pública.

Las alegaciones de la entidad ecologista también se centran en que se dé solución a la “trampa” que permite que los promotores de las citadas explotaciones de porcino eludan la autorización ambiental integrada, si el proyecto es para menos de 2.000 cerdos, y que posteriormente amplíen las explotaciones hasta el máximo legal.

Sin embargo, para realmente lograr una ordenación de la ganadería en España, Greenpeace pidió que se elabore un Plan Estratégico de Ganadería que permita determinar la carga ganadera máxima para cada región, en función de la base territorial necesaria para mantener la actividad ganadera, y garantice una “transición justa de un modelo industrial, destructivo y cruel” con los animales hacia un modelo “verdaderamente sostenible, basado en la ganadería extensiva de base agroecológica”.

Greenpeace recordó que, desde julio, la crisis originada por la gripe generó ya en Europa 139 focos en explotaciones comerciales de aves de corral, 14 de ellos en España, lo que llevó al sacrificio de 2.586.751 animales en España y, por primera vez, la declaración de una zona de protección especial en Valladolid y a que se adopten medidas más estrictas en todo el territorio.

El responsable de ganadería de Greenpeace, Luís Ferreirim, señaló que es “imposible” parar un virus ‘con alas’, pero se puede “minimizar” su impacto y evitar que pueda llegar a afectar a la población. Además, la organización recordó que ya advirtió a comienzos de año al Gobierno español sobre los riesgos de una crisis con la gripe aviar como la que se está viviendo actualmente.

Frente a esta situación, además de lo expuesto en las alegaciones presentadas, Greenpeace demandó el fin de la ganadería industrial y sus macrogranjas y exigió medidas “urgentes” como una moratoria inmediata y sin dilación a la ganadería intensiva, que no se autoricen nuevos proyectos de ganadería intensiva ni la ampliación de los existentes, y la reducción drástica de densidad de animales en explotaciones existentes, entre otras cosas.