Con esta propuesta, que la ONG ha hecho llegar a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Greenpeace busca promover una mayor eficiencia energética en España.

Concretamente, la organización ha remitido un decálogo de propuestas a la CNE, en respuesta a la consulta pública realizada por este organismo sobre la metodología para el establecimiento de tarifas de acceso a las redes y de tarifas de último recurso en el sector eléctrico.

Entre otras cuestiones, pide que se reflejen "todos los costes con total transparencia" en las tarifas, y que se eliminen de éstas "las subvenciones a las energías más sucias", refiriéndose a la nuclear y el carbón. Esto supondría, según indica la ONG, un ahorro de más de 233 millones de euros para 2008.

"Los consumidores tienen que conocer fielmente el verdadero coste de cada una de las actividades necesarias para suministrarles la electricidad. Este principio es condición necesaria para que los consumidores ejerzan su derecho a elegir el origen de la electricidad que compran", señaló.

Para Greenpeace, las primas a la incineración de residuos "deben desaparecer", y no "seguir encubiertas tras las de las renovables y la cogeneración".

También apuesta por que los costes reales de todas las actividades necesarias para el suministro eléctrico "sean pagados por quienes consumen la electricidad, y no por los impuestos de los contribuyentes".

"Los costes se deben asignar proporcionalmente al consumo de energía de cada consumidor en cada momento, de manera que sólo los costes de garantía de suministro y los permanentes sean proporcionales a la potencia contratada. Hay que evitar incentivos perversos e injustos, como las tarifas más baratas a los mayores consumidores de energía", subraya la organización.