Investigación

Hallan una proteína que puede ser un biomarcador para predecir secuelas fibrosas pulmonares tras la covid-19

- Se trata de la periostina, una proteína clave en la cicatrización de heridas

Madrid
SERVIMEDIA

Un estudio dirigido por el Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, sugiere que una proteína clave en la cicatrización de heridas, la periostina, podría ser un buen biomarcador pronóstico en la aparición de cambios fibrosos pulmonares tras sufrir Covid-19.

Los resultados de este estudio acaban de publicarse en ‘American Journal of Respiratory Cell and Molecular Biology’. El objetivo de la investigación era analizar la existencia de algún biomarcador de la fibrogénesis en pacientes con neumonía por covid capaz de predecir las secuelas pulmonares posteriores a la infección por coronavirus.

Los autores de la investigación descubrieron que la periostina medida dos meses después del ingreso era predictiva de la presencia de cambios fibrosos radiológicos y deterioro en la difusión a los 12 meses después del ingreso. La periostina es una proteína clave en la cicatrización de heridas, que media en la remodelación del tejido, por lo que cuando se detectan niveles elevados en pacientes con FPI, significa que hay áreas de fibrosis activa en los pulmones.

Este hallazgo aporta nuevos conocimientos para un seguimiento personalizado de estos pacientes, al sugerir que la periostina podría ser un buen biomarcador pronóstico en la aparición de cambios fibrosos pulmonares después de la covid, lo que permitiría la selección de aquellos con un alto riesgo de desarrollar fibrosis progresiva.

PACIENTES CON NEUMONÍA BILATERAL

El estudio se realizó en pacientes ingresados en un hospital con neumonía bilateral por covid. Se clasificó a los pacientes en dos grupos según la gravedad y se realizaron muestras de sangre, pruebas de función respiratoria y tomografías computarizadas de alta resolución a los dos y 12 meses después del alta hospitalaria.

Se evaluó a un total de 135 pacientes a los 12 meses, con una edad media de 61 años. El 58,5% eran hombres. Se encontraron diferencias entre los grupos en edad, afectación radiológica, duración de la estancia hospitalaria y parámetros inflamatorios de laboratorio.

También se encontraron diferencias entre los dos y 12 meses en todas las pruebas funcionales. A los 12 meses, el 63% de los pacientes tenían una resolución completa en la tomografía computarizada de alta resolución, pero los cambios fibrosos persistieron en el 29,4%.

El análisis de biomarcadores demostró diferencias a los dos meses en periostina. No se encontraron diferencias a los 12 meses. Los resultados sugieren que la periostina temprana después del alta podría predecir la presencia de cambios pulmonares fibróticos.

“En todas las enfermedades que acaban desarrollando fibrosis pulmonar es muy importante el diagnóstico precoz, debido al pronóstico que presentan si se dejan sin tratar. Además, los tratamientos que ahora mismo hay aprobados tienen una eficacia reducida, ya que solamente son capaces de frenar la progresión fibrótica pero no de detenerla por completo, por tanto, es esencial investigar en nuevas líneas terapéuticas”, explicó el doctor Jaime Signes-Costa, coordinador del Grupo de Investigación en Enfermedades Respiratorias de Incliva y Jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínico de Valencia.

SECUELAS PULMONARES

Las secuelas pulmonares fibrosas después de la Covid-19 han sido ampliamente descritas y existe una gran preocupación acerca de los efectos a largo plazo de la pandemia de SARS-CoV-2. Hasta el momento, se han relacionado varios biomarcadores con la patogénesis de la fibrosis en enfermedades pulmonares intersticiales, especialmente en la fibrosis pulmonar idiopática (FPI), una enfermedad intersticial rara, crónica y fibrosante, que conduce a una pérdida de función pulmonar irreversible.

Su pronóstico es malo, con una supervivencia a los cinco años, sin tratamiento, entre el 20% y el 40%. En España, se estima que el número de pacientes con FPI se sitúa entre 8.000 y 12.000.

En el estudio han participado, por parte de Incliva-Hospital Clínico, Alba Mulet, Julia Tarrasó y Jaime Signes-Costa, del Grupo de Investigación en Enfermedades Respiratorias de Incliva y el Servicio de Neumología del Hospital Clínico de València, y Juan Antonio Carbonell, de la Unidad de Bioestadística de Incliva.

Han intervenido, además, los Servicios de Neumología del Hospital General de València; Hospital Virgen de la Arrixaca y Hospital los Arcos del Mar Menor, ambos de Murcia; Hospital Virgen del Rocío de Sevilla; y Hospital de La Princesa de Madrid.

(SERVIMEDIA)
07 Sep 2023
CAG/gja