Así se desprende de datos del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), que es el programa de observación de la Tierra financiado por la UE. La información se refiere a emisiones de incendios y el transporte de humo asociados a los incendios forestales.

Durante finales de la primavera y el verano de este año, varios incendios forestales devastadores afectaron a la mayoría de las provincias y territorios de Canadá.

Detectados por primera vez en mayo, estos incendios forestales continuaron en varios lugares hasta ocasionar grandes pérdidas humanas y materiales, además de afectar gravemente a la calidad del aire no solo en Canadá, sino también en otras regiones de América del Norte.

Según las previsiones y análisis globales del CAMS, que asimilan observaciones satelitales de la composición atmosférica, algunas de las columnas de humo producidas por estos incendios forestales también llegaron a Europa.

El alcance, la persistencia y la intensidad de estos incendios forestales han llevado a que las emisiones totales estimadas de carbono para 2023 sean de casi 410 megatoneladas, las más altas para Canadá en el conjunto de datos CAMS. El récord anterior de emisiones anuales de carbono fue el de 2014, con 138 megatoneladas de carbono.

Este jueves todavía permanecían activos algunos incendios forestales en varias regiones de Canadá, con lo que las emisiones anuales pueden seguir aumentando, si bien la tasa de incremento parece estar estabilizándose.

Las emisiones de incendios forestales de Canadá representan un 27% del total de las emisiones globales de carbono de los incendios forestales durante este año.

“Cada verano se producen incendios forestales en las regiones boreales con diferentes ubicaciones, intensidad y duración según las condiciones hidrológicas, meteorológicas y climáticas. A medida que las temperaturas siguen aumentando y las condiciones secas se vuelven más duraderas, aumentan las posibilidades de experimentar incendios forestales devastadores como los de Canadá”, según Mark Parrington, científico principal del CAMS.

MÁS INCENDIOS

Otros episodios importantes de incendios forestales durante esta temporada incluyen los que tuvieron lugar en Rusia, más concretamente en las provincias de Omsk, Novosibirsk y el Distrito Federal del Lejano Oriente.

A pesar de que Rusia experimentó emisiones de incendios forestales este año por debajo del promedio de las dos últimas décadas, las emisiones de carbono de los incendios forestales de junio a agosto en el Ártico fueron las terceras más altas registradas, solo superadas por las de 2019 y 2020, principalmente debido a la alta latitud.

Varias regiones del Mediterráneo también experimentaron una importante actividad de incendios forestales a medida que avanzaba la temporada. Entre julio y agosto, los fuegos afectaron el norte y el centro de Grecia, con las terceras emisiones más altas registradas en esa época del año, después de 2007 y 2021.

La Península Ibérica también experimentó una importante actividad de incendios forestales, que afectó tanto a Portugal como a España, incluidos uno de los mayores incendios vividos en Tenerife. La isla de Maui (Hawái) también experimentó algunos incendios forestales intensos e importantes.