Según informó este jueves el centro universitario, estos virus, del orden de virus ‘CrAssvirales’, infectan a algunos tipos de bacterias (género ‘Bacteroides’) y son muy abundantes en la microbiota intestinal de los humanos.

Sin embargo, los virus aislados, pese a ser del tipo ‘Crass’, presentan un genoma completamente diferente a cualquier otro virus de este tipo descritos hasta ahora en la bibliografía científica, por lo que se han denominado ‘crAssBcn phages’.

Este descubrimiento, publicado en la revista ‘Nature Communications’, lo llevó a cabo un equipo liderado por la catedrática Maite Muniesa, del Grupo de Investigación de Microbiología de Aguas Relacionada con la Salud (MARS) de la Facultad de Biología de la UB. Por sus características, los nuevos virus se perfilan como potenciales indicadores de contaminación fecal en humanos.

Además, los científicos se centraron en investigar si la presencia y la abundancia de ‘fagos crAss’ —en concreto de ‘fagos crAssBcn’— es diferente entre individuos sanos y personas afectadas por algunas enfermedades (intestinales, metabólicas o incluso del sistema nervioso).

MICROBIOTA

A este respecto, la catedrática aseguró que “los ‘fagos crAssBcn’ son muy específicos de la microbiota humana y hasta ahora no los hemos encontrado en microbiota de otros animales”.

“Su rol biológico todavía es desconocido, pero siendo unos fagos tan abundantes y que infectan un género bacteriano concreto como ‘Bacteroides’, también muy abundante en el intestino humano, se sospecha que deben tener un papel regulador de las poblaciones bacterianas y cierta influencia en la microbiota intestinal humana”.

Desde 2014, sólo cuatro grupos de investigación pudieron aislar un total de siete virus tipo ‘crAssphage’. Ahora, el equipo de la UB ha identificado 25 nuevos fagos al mismo tiempo, lo que amplía de forma significativa el mapa global de este grupo de virus de gran prevalencia en la población mundial. Además, los ‘crAssBcn’, a pesar de ser originarios del área de Barcelona, muestran gran distribución y se detectaron en el 51% de metagenomas intestinales de todo el mundo.