En el vídeo que una amiga de la afectada compartió en redes sociales, ésta asegura que había avisado de que era usuaria de silla de ruedas eléctrica a la compañía y que le había informado de sus características y medidas. Según su versión, la aerolínea le respondió que estaba todo correcto.

El problema surgió cuando, ya dentro del vuelo, le indicaron que esas medidas no eran las correctas, y solo le ofrecieron dos opciones: o no volar, o hacerlo pero estropeando el joystick de la silla, sin que nadie le pudiera garantizar el arreglo en Italia.

Ella descartó esta opción. “¿Cómo me voy a mover yo por Italia si no puedo arreglar mi silla, que son mis pies y mis manos?”. Finalmente, la joven tuvo que abandonar el avión, se quedó en tierra: “Ryanair ha jugado conmigo muy fuertemente”, se lamentó la joven en el vídeo.

MIL CASOS IGUALES

En nota de prensa, Impulsa Igualdad denunció que "este caso no es un caso aislado", sino "uno más de los que se producen habitualmente en los aeropuertos, principalmente protagonizados por personas con discapacidad usuarias de silla de ruedas".

Es muy frecuente que se encuentren con "trabas para poder acceder al avión con esta herramienta imprescindible para su movilidad", criticó. "Además de vulnerar los derechos de estas personas a viajar y de discriminar por razón de discapacidad, se incumple el derecho a la accesibilidad universal recogido en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad", lamentó Impulsa igualdad. A su juicio, "resulta inconcebible que estas situaciones sigan sucediendo hoy en día".

Por otra parte, desde Impulsa Igualdad alertaron sobre "la precariedad laboral de los servicios de asistencia en los transportes, así como "la escasez" de personal para atender las necesidades de estas personas en su estancia en el aeropuerto y en el propio vuelo.