Día Abuelos
Indra apuesta por la ‘age tech’: adaptar la tecnología a una sociedad más longeva

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El creciente uso de la tecnología entre las personas mayores abre nuevas oportunidades de negocio para diseñar servicios más accesibles, universales y centradas en este colectivo, en un ámbito en el que Indra quiere tener un papel activo, según explica el director Global de Desarrollo de Soluciones de la multinacional española, Javier Muñoz, con motivo de la celebración mañana sábado del Día Mundial de los Abuelos.
España es ya uno de los países más envejecidos de Europa, y todo apunta a que esta tendencia irá en aumento. Según datos del INE, más del 21% de la población española supera actualmente los 65 años, y se espera que este porcentaje supere el 30% en las próximas décadas. Este cambio demográfico está provocando una transformación estructural que afecta tanto a las políticas públicas como a la actividad económica y la configuración de los servicios.
En este contexto, gana fuerza la conocida como ‘silver economy’, el ecosistema social y económico vinculado a las personas entre los 50 y los 70 años, que cada vez representan un segmento más relevante de consumidores activos, exigentes y con crecientes niveles de digitalización.
La’ silver economy’, que crece a un ritmo del 5% anual según la Comisión Europea, ofrece una oportunidad estratégica: construir un modelo económico más inclusivo, diverso y centrado en las personas.
Muchas de las soluciones tecnológicas diseñadas para mayores también benefician a otros colectivos, como personas con discapacidad, población rural o ciudadanos con baja alfabetización digital. En un país que envejece a buen ritmo, el verdadero reto no es solo vivir más años, sino vivirlos mejor. La innovación, bien dirigida, puede marcar esa diferencia.
Lejos de responder a una lógica asistencial, este conjunto de actividades económicas reconoce el papel activo de las personas mayores como ciudadanos, consumidores y agentes de cambio, con capacidad para incidir plenamente en la vida digital y económica.
Aunque todavía existen brechas digitales, muchas personas mayores ya han integrado la tecnología en su día a día. De hecho, los datos del informe ‘El uso de tecnología en personas mayores’ elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) reflejan que más del 30% de los mayores de 75 años utiliza mensajería instantánea, un 21,3% lee noticias online y más del 15% emplea servicios de banca digital. Así, la tecnología se presenta como una herramienta clave para cerrar brechas sociales, facilitar la autonomía y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
“La brecha digital hoy va más allá de la conectividad o la accesibilidad. La falta de comprensión, la inseguridad en entornos digitales complejos o a la hora de utilizar servicios que no están correctamente adaptados a quienes los utilizan son los verdaderos desafíos. Por eso, pensar en experiencias que generen confianza y acompañen de forma continua debe ser nuestro foco. La tecnología bien aplicada no debería ser un filtro, sino un puente hacia una participación más plena de toda la sociedad”, señala Javier Muñoz.
TECNOLOGÍA CON EMPATÍA
Más allá de adaptar productos existentes, el verdadero desafío es repensar cómo se diseñan los servicios en una sociedad que envejece. De esa necesidad nace la 'age-tech', un conjunto de soluciones tecnológicas orientadas a facilitar la vida de las personas mayores, mejorar su autonomía y promover una participación social plena.
Este enfoque se apoya en cinco principios fundamentales: personalización, para ajustarse a distintas realidades vitales; descentralización y ubicuidad, que permiten acceder a servicios desde cualquier entorno; una fuerte base tecnológica que garantice eficiencia y escalabilidad; una atención pensada para el núcleo familiar y no solo para el individuo; y un modelo de acompañamiento continuo, con herramientas como centros de contacto inteligentes capaces de coordinar a cuidadores, familiares y profesionales.
En la práctica, esto se traduce en propuestas como el ‘silver living’ o ‘cohousing’, modelos residenciales alternativos que combinan independencia con acceso a servicios compartidos; asistentes virtuales y dispositivos portátiles que permiten monitorización médica desde el hogar; soluciones de movilidad adaptadas, como los vehículos autónomos; y plataformas digitales orientadas al bienestar, el ocio o incluso las relaciones sociales. Sectores como la cosmética, la nutrición, el turismo o la educación digital también están adaptando su oferta a este perfil de usuario: activo, conectado y con expectativas claras de autonomía.
La transformación digital del sector bancario ha traído consigo mejoras en eficiencia y agilidad, pero también ha puesto de manifiesto la necesidad de adaptar canales y procesos para colectivos con menor familiaridad digital.
En los últimos años se han desarrollado soluciones como cajeros con asistencia remota, biometría por voz, oficinas móviles o interfaces simplificadas para gestiones bancarias básicas. Además, se han incorporado equipos especializados en atención a mayores, y herramientas de analítica de clientes para personalizar el acompañamiento.
“La tecnología tiene un enorme potencial para adaptar sectores claves como la banca, la salud o el consumo a las capacidades y preferencias de cada persona. Desde interfaces más intuitivas hasta soluciones basadas en inteligencia artificial, podemos ofrecer experiencias más accesibles, seguras y cercanas también para los mayores. No se trata solo de digitalizar, sino de adaptar con sentido”, comenta el directivo de Indra Group.
(SERVIMEDIA)
25 Jul 2025
JRN/clc