Así lo subrayaron durante un diálogo en Servimedia para analizar los 'Retos de la industria española en el marco europeo de la Defensa', organizado junto a la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas (Aesmide). En este encuentro se analizó la perspectiva actual de las empresas especializadas del sector para cumplir con los contratos firmados a varios años con la Administración en España, debido a la subida de los costes de transporte, de energía o las asociadas a la actual inflación.

A este respecto, el CEO de la Fábrica Española de Confecciones (Fecsa), Carlos de Cos, lamentó que en los contratos de larga duración, de cuatro y cinco años, se ve "que, al segundo, tercer año empieza a casi dejar de ser interesante el continuar”. Por el contrario, añadió, “en otros países, en Europa, hemos solicitado aumentos y se nos han concedido". "Y hemos tenido ejemplos de subida de precios en países como Alemania, como Austria o como Holanda”, para compensar la subida de costes.

De Cos aseveró que para las administraciones “un contrato a medias y a disgusto lo único que le puede provocar es que pueda cancelarse” y se tenga que asumir un coste “que será mucho más alto que un pequeño ajuste de esos contratos”.

Esa demanda, explicó el CEO de Fecsa, “es una de las que tenemos encima de la mesa y solicitamos esa revisión de precios”. Además, hace falta mayor claridad en la mecánica de los concursos públicos, “que se conozcan sus diferentes modalidades, sus restricciones, sus exigencias, las adjudicaciones de vía emergencia”.

EL PAPEL DE EUROPA

Por otra parte, el general de Brigada retirado y director técnico de Aesmide, Luis López González, destacó que Europa “quiere tener cada vez una mayor relevancia en Defensa y hay un Fondo Europeo para ello con un presupuesto de 8.000 millones”.

La Unión Europea, añadió López González, “de alguna forma va hacia el camino de la compra conjunta”, pero advirtió del riesgo de que una gran economía, como puede ser el caso de Alemania, lance contratos de tal magnitud que provoque, en ciertas materias, “un desabastecimiento” de materias primas para la industria.

En España, señaló el director técnico de Aesmide, “todavía estamos haciendo un plan nacional, no estamos todavía en un parámetro europeo”, aunque “estamos en el camino”.

A escala europea, recordó López González, que “cuando se hablaba de que en Europa teníamos que tener una industria, una base tecnológica”, lo que se señala “es que había que bajar de 170 sistemas diferentes a un equilibrio con lo que está pasando en Estados Unidos, que solamente tenía 30”. A ello, se unía la búsqueda de “interoperabilidad entre todos ellos, que no hubiese un carro de combate en cada uno de los países, por decirlo de alguna manera".

CONCURSOS OCULTOS

Volviendo a la cuestión del mercado europeo, el CEO de la Fábrica Española de Confecciones (Fecsa), Carlos de Cos, lamentó que “el engranaje europeo es un engranaje complicado”. Y agregó que hoy, en Europa “tenemos el mercado en el que llevamos muchos años compitiendo, que es de contratación pública”, pero advirtió del reto del “nuevo reglamento de ley de adquisición única, con el que Europa va hacia que compremos todos juntos”, para que los países “se vayan poniendo de acuerdo”.

De Cos afirmó que “ese mercado a las pymes nos da un poco de miedo”, al no saber “qué pasará, si tendremos el tamaño suficiente, si seremos adecuadas”. Y en alusión a la necesidad de unificar las compras a escala europea, señaló que no hay que llegar hasta los carros de combate, ya que pasa, incluso, con los sacos de dormir "que no hay uno igual en toda Europa”.

Y con respecto a que la compra está fragmentada, De Cos denunció que en Fecsa tienen “tipificado qué hacen los contratadores europeos frente a los españoles y hemos visto que cuantitativamente publican muy poquitas cosas, respecto a lo que se hace en España”, algo que, afirmó, “nos hace mucho daño”.

“Intentamos competir en Europa y, por ejemplo, la publicación de precios allí no es adecuada”, ya que mientras “aquí en España se publican los precios unitarios por productos, cuando nosotros vamos a Europa vemos que la publicación de precios es global” y, además, “te dicen que alguien ha ganado dos millones de euros con cinco productos, pero nunca te dicen el precio exacto”.

Todo ello, recalcó De Cos, “nos produce un agravio y nos dificulta la participación en los concursos”. También la posibilidad de “averiguar cuáles son los precios reales de competidores para las siguientes fases o ganar los siguientes concursos”.

Por último, apuntó a la existencia en Europa de “un tipo de concurso restringido que no se utiliza mucho en España, en el que se hace una preselección a las empresas y son unas cuantas seleccionadas las que pasan ese corte”. En este modelo, “a veces los criterios no son ni de tamaño ni de solvencia”. Por eso, denunció haber encontrado “muchos concursos ocultos en países de nuestro entorno”.

En el diálogo de Servimedia también participaron la secretaria general de la Aesmide, Carlota Sánchez-Cuenca y el director de Gobierno y Servicios Públicos en Inetum, Josep Aracil.