Así lo pone de relieve este grupo de expertos en un ‘Decálogo sobre la gestión laboral del talento sénior’, publicado este martes y en el que se explica que España es uno de los países con menor porcentaje de población que compatibiliza el cobro de la pensión con los ingresos del trabajo entre los 60 y 69 años. Además, apenas la mitad de la población se mantiene activa laboralmente entre los 60 y los 64 años.

“Es llamativo porque, actualmente, muchas personas llegan a las etapas de jubilación (o prejubilación) con amplia formación y experiencia, y con buena calidad de vida. Tener más de 55 años ahora no es lo mismo que hace unas décadas, por lo que esta fuga de talento supone una pérdida de recursos muy valiosa en una sociedad cada vez más envejecida”, indicó el director del Instituto Santalucía, José Manuel Jiménez.

Por ello, en su decálogo, el Foro de Expertos apuesta por utilizar todo tipo de medidas como son los ‘contratos de compatibilidad’, el ‘voluntariado sénior’, el mentoring de jóvenes trabajadores, etc., para “lograr la (re)integración laboral de los trabajadores que deseen ser activos, con plena compatibilidad de ingresos y jubilación”.

También piden políticas que luchen contra el “edadismo” (discriminación por edad). A su juicio, eliminar la “barrera mental” de los 65 años, “que inhabilita a este colectivo a ojos de terceros para desarrollar actividades o comportamientos considerados propios de otras edades”. Igualmente, estos expertos urgen a acabar con la jubilación forzosa, ya que es “una de las manifestaciones más extremas de edadismo”.

De igual modo, el decálogo propone vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida, como están haciendo otros países, ya que cada década la esperanza de vida puede aumentar alrededor de dos años.

COMISIÓN PARLAMENTARIA

Por otro lado, el Foro de Expertos aboga por crear una comisión parlamentaria focalizada en la revisión de la normativa laboral vigente y la eliminación de obstáculos para que “las vidas laborales de los sénior sean más productivas y útiles para ellos mismos y para la sociedad”.

Luchar contra la desigualdad que sufren las mujeres por compatibilizar su vida laboral con el cuidado de familiares; eliminar la creencia de que “los mayores reducen las oportunidades laborales de los jóvenes”; considerar el talento sénior como un valor en alza, y la apuesta por la formación continuada, con especial atención a las nuevas tecnologías son también reivindicaciones de los expertos del Instituto Santalucía.

“La sociedad está más envejecida, pero también es la que tiene la mayor calidad de vida de la historia. Por eso, superar los 50 años no implica desmotivación, falta de ganas o merma de las capacidades/habilidades de los trabajadores. Es importante que España se adapte a la situación actual mediante la implantación de sistemas y procesos que permitan crear una cultura empresarial basada en la diversidad generacional y las nuevas fórmulas de trabajo”, concluye José Manuel Jiménez.