Durante la presentación del acto, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, afirmó que la salud digital debe ser un elemento de cohesión dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) que genere oportunidades de consenso dentro de las comunidades autónomas.

Además, Padilla aludió a esa necesidad de mejorar la interoperabilidad que menciona el informe de la POP ya que, aunque existen grandes herramientas, muchos profesionales y pacientes no son conscientes de los servicios disponibles. Para terminar, el secretario mencionó la importancia del Espacio Europeo de Datos Sanitarios, un gran paso adelante para todos los sistemas sanitarios.

Por su parte, la presidenta de la POP, Carina Escobar, destacó que la cronicidad es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sistema sanitario, y la salud digital debe contribuir a mejorar su abordaje y manejo. “La personalización y accesibilidad de la información a través de tecnologías digitales supone una oportunidad, para que los pacientes podamos gestionar mejor nuestra salud, corresponsabilizarnos y tomar decisiones informadas sobre nuestros tratamientos”, afirmó Escobar.

El director general de la POP, Pedro Carrascal, se encargó de desglosar las conclusiones del informe. El director destacó que se han identificado 13 retos en el proceso de digitalización sanitaria en España que se centran en cuatro áreas principales: planificación, telemedicina, interoperabilidad e historia clínica digital.

El documento también pone el foco en que para conseguir el acceso equitativo a la atención sanitaria es necesario reducir la brecha digital, fomentar la videoconsulta y la telemonitorización e incluir nuevas herramientas de telemedicina adaptadas a las personas con enfermedades crónicas. Desde la Plataforma resaltan la importancia de promover una digitalización centrada en la experiencia y necesidades particulares de los pacientes, cuyo foco no resida únicamente en la eficiencia y la precisión clínica, sino también en la personalización de los servicios de salud.

“Los pacientes y las organizaciones que los representan juegan un papel clave en la recogida de la información clínica y de la calidad de vida que debe sistematizarse en la Historia Clínica de Datos para garantizar una atención integral y centrada en los pacientes crónicos”, concluyó Carrascal.