Las indicaciones realizadas por este Consejo se refieren a las donaciones de empresas, condiciones para considerar un arrendamiento o compraventa de inmuebles como actividad empresarial y, por último, a los préstamos que otorgan las empresas a sus trabajadores.

En cuanto a la recomendación que afecta a la donación de empresas, el texto del anteproyecto establecía que no tributarían en el IRPF los bienesafectados a la actividad empresarial durante, al menos, 10 años desde la transmisión. El nuevo texto ha rebajado este requisito a cinco años, lo que permitirá facilitar la sucesión al frente de las empresas, la continuidad de las mismas y el mantenimiento de los puestos de trabajo.

A juicio del Consejo Superior de Cámaras, el anteproyecto de Ley introducía unos condicionantes excesivos en la contratación de los trabajadores para que el arrendamiento o compraventa de inmuebles se considera actividad emresarial. En el nuevo texto se flexibiliza este requisito exigiéndose sólo que se contrate a "una persona empleada con contrato laboral" y no una persona empleada con contrato laboral con dedicación exclusiva, jornada completa y que no tenga relaciones de parentesco.

Por último, la disposición adicional primera del texto presentado en el Congreso recogió la petición de que se mantenga el no considerar como retribución en especie los intereses de préstamos concertados entre la empresa y el trabajador, on tipos de interés inferior al legal del dinero y que se hubiera concedido antes del 1 de enero de 1992. En el borrador del anteproyecto no se decía nada sobre esta medida y sí estaba contemplada en la vigente Ley del IRPF, por lo que se podía perder este beneficio.