Alcaraz denunció, en una rueda de prensa, que el PP intenta convertir al Congreso en "el paciente inglés", y retroceder en todos los avances logrados en el funcionamiento de las comisiones de investigación tras el caso 'Gescartera'.

A su juicio, la mayoría absoluta del PP ha rebajado "el límite de tensión dialéctica y política" que debe existir en el debate parlamentario, por lo que el PSOE, IU, el PNV y el Grupo Mixto han empezado a elaborar una proposición de ley sobre la forma de modificar el reglmento del Congreso "desde el punto de vista del control al Gobierno".

Para el portavoz de IU es necesario articular un sistema que mermita interpelar al presidente del Gobierno, no sólo a los ministros, una vez al mes, y de forma que todos los grupos parlamentarios puedan ejercer este derecho, pues lo contrario conduciría a un modelo "bipartidista" que sólo da cabida al principal partido de la oposición.

Asimismo, recalcó que "el PP no tiene por qué hacer tantísimas preguntas cada semana", pues s supone que la tarde de los viernes está dedicada al control al Gobierno, y el esta función no la puede ni debe ejercer "el partido que sustenta al Gobierno", y que convierte estas sesiones en "un baboseo semanal".

Por otro lado, denunció las "presiones" a la presidenta de la Cámara, Luisa Fernanda Rudi, para que dicte una resolución que impida los interrogatorios en las comisiones de investigación, como se hizo en el 'caso Gescartera'.

Los debates de carácter "profundamente conservador" que se levan al Congreso "como si fuera lo más natural" fueron otro de los objetos de crítica de Alcaraz, quien arremetió contra la forma de plantear la seguridad ciudadana y la política familiar que se ve en los últimos tiempos en la Cámara.

AZNAR INCITA AL RACISMO

Sobre estas materias, subrayó que la seguridad pasa por actuar en las causas, como la la precariedad laboral, el descenso de la protección social o la falta de seguridad en la vivienda; en lugar de ofrecer datos sobre la delincuencia y los inmigantes que son una invitación del presidente del Gobierno "a la xenofobia y al racismo", un síntoma claro de que quiere conectar con la "ultraderecha latente, sumergida que hay en el PP".

Lo mismo ocurre con la tendencia a trasladar a las familias, especialmente a las mujeres, responsabilidades que antes correspondían al Estado de bienestar, al dar a las madres "cien euros y que se las avíen como puedan" en lugar de facilitar guarderías y otros servicios. Así se traslada la idea de que "la mujer y la srdina, en la cocina", ironizó.

Ante estas circunstancias, aseguró que su partido no va a sucumbir a la "envidia" del espacio electoral del centro, ni el "síndrome de abstinencia del discurso políticamente correcto", que sólo lleva al "desprestigio de la política".

Por ello, recalcó que IU va a intentar llevar al Parlamento "el lenguaje de la calle" y la alternativa de izquierda que "no ha ofrecido la socialdemocracia", que tiende al "neoliberalismo" de Blair, Aznar e incluso Jospin, para contrarrstar el "modelo de recorte social y de las libertades" del PP.