En la tercera sesión del juicio contra García Ortiz por revelación de secretos, Lobato reconoció que el documento tenía "relevancia política", pero insistió en que sin conocer exactamente de dónde había salido era “mejor no utilizarlo". Explicó que nunca llegó a tener el correo, sino que Sánchez Acera le envió un pantallazo y que consideró que “no era prudente utilizarlo”.

Según explicó, Sánchez Acera le dijo que le había llegad porque lo tenían ya “los medios”. Esta explicación generó desconfianza en Lobato que pensó que sin tener acreditado el origen del correo era mejor no usarlo porque “iba a parecer que se lo había dado la Fiscalía”.

Lobato no restó importancia “política” al documento porque "desvelaba una mentira de la presidenta Ayuso", que el día anterior había dado una rueda de prensa en defensa de su pareja, pero insistió en que al no haber sido publicado aún en medios de comunicación “se podía pensar que procedía de la Fiscalía”.

Preguntado por la abogada del Estado que defiende a García Ortiz: "¿Ssabe de dónde salió el documento?”, el testigo asegura que no lo llegó a saber y que “no se me contestó directamente el origen es este”.

Tras negar en varias ocasiones que recibiera instrucciones de Moncloa o del entonces secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, el presidente del tribunal, Andrés Martínez-Arrieta, tuvo que llamar la atención al abogado de González Amador y recordarle que las supuestas instrucciones de Moncloa para realizar la filtración que se atribuye al fiscal general quedó fuera del procedimiento por decisión de la Sala de lo Penal.

Fue el 14 de marzo de 2024 a las 8.29 de la mañana cuando Pilar Sánchez Acera envió a Lobato un pantallazo con el correo electrónico del abogado del novio de Ayuso y una advertencia: "Cuidado con los datos personales". Ese día había Pleno en la Asamblea de Madrid en el que iba a tener un cara a cara con Díaz Ayuso. A las 9.06 ‘El Plural’ publica el documento completo.

Lobato insistió en su declaración en que él no tenía “sospecha” alguna sobre la Fiscalía, sino “prudencia”. Por eso, añadió, “no compartí el pantallazo con nadie porque sabía que no debía compartirlo”. Además, señaló que no conoce al fiscal general del Estado ni a nadie de la Fiscalía.

El exdirigente socialista madrileño concluyó asegurando que le parece "una vergüenza que se defraude fiscalmente, me parece una vergüenza que se dicten bulos y me parece que también es incorrecto que se revelen datos de carácter reservado, lo haya hecho quien lo haya hecho", y rechazó haber participado en ninguna "conspiración".