Lafontaine hizo stas manifestaciones durante una intervención en las jornadas sobre "Las Metrópolis globales en la economía de los 90" celebradas entre el miércoles y el viernes de esta semana por la Consejería de Economía del Gobierno autónomo de Madrid.

Para el dirigente socialdemócrata alemán, es difícil encontrar diferencias ideológicas entre las políticas aplicadas por los gobiernos izquierdistas de Suecia y España y las que rigen en la Alemania del democristiano Helmut Kohl.

La explicación de la convergenca de políticas estriba, a su juicio, en las restricciones impuestas por los mercados financieros internacionales y en que "las multinacionales marcan la pauta a todos en general -en mayor o menor medida- para la política de precios y salarios".

INFLUENCIA ESTRATEGICA

En su opinión, "la influencia estratégica de la economía trasnacional es mucho mayor de lo que arrojan los datos de los balances del comercio exterior", ya que las multinacionales "organizan y racionalizan el reparto del trabajo a escal mundial".

"A partir de un cierto valor de umbral de la producción, un número relativamente pequeño de centros de decisión -que controlan un gran número de centros de producción, más allá de cualquier frontera nacional- puede modificar la lógica de decisión del conjunto del sistema económico", añadió.

Lafontaine opinó que, teniendo en cuenta tanto la interdependencia económica como el poder de las empresas que operan a escala mundial, "una política económioca dentro de los límites de los antiguosestados nacionales es casi un anacronismo".

A su juicio, la única posibilidad de respuesta política a la globalización de la economía reside en que Europa se ponga de acuerdo sobre los fundamentos del proceso económico y sus límites.

Para ello, sugirió que debería complementarswe la unidad económica y monetaria con "las unidades social y del medio ambiente", así como con una mayor descentralización en favor de las regiones y comunidades no estatales.