Día del Libro

Leer en Braille es opcional para una persona ciega pero aprender a leer sin él es “imposible”

- Dos profesoras de la ONCE explican los métodos para enseñar a leer en Braille

MADRID
SERVIMEDIA

Una persona que pierde la visión antes de aprender a leer solo puede “hacerse una idea de lo que son las letras, las sílabas o las palabras” a través del Braille. Sin este sistema de puntos en relieve, con el que las personas ciegas leen a través del tacto de la yema de sus dedos, “no hay forma de que un niño ciego entienda estos conceptos” y pueda, por lo tanto, llegar a la lectoescritura. “Resulta imposible”, advierten las profesoras Celia Marín y Noelia Sánchez.

Como docentes del Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE en Madrid, ellas son muy claras en esta semana que se celebra el Día del Libro. Como método de lectura, el Braille es una “opción” porque existen otras alternativas pero Celia subraya que adquirir esta destreza implica “una forma de organizar el cerebro y de estructurar el espacio”. Eso precisa “materialidad” y “sin Braille resulta inviable”.

También los niños que ven necesitan textos en tinta para adquirir esta habilidad. Distinto es cuando las personas pierden la visión de mayores y ya saben leer, puntualiza Noelia, que en la actualidad enseña este método a adolescentes. En este caso, se trata de que se aprendan los signos, sepan reconocerlos y ganen soltura, prosigue, pero “la estructura mental ya la tienen”. “Nuestro trabajo es enseñar el Braille para que, después, cada persona lo utilice como prefiera".

En su opinión, “no hay formatos ni mejores ni peores para que las personas ciegas leamos”. “A algunas les gustará más el audio, otras querrán Braille, y la mayoría alternarán entre uno y otro en función de sus necesidades”, agrega. Y es que “no es lo mismo leerse 'Guerra y Paz' que reconocer la etiqueta de un champú”.

A lo mejor muchos prefieren audio u ordenador para la primera, sobre todo “si no viven en un palacio”. En el segundo caso, el Braille se antoja “mucho más manejable”. “Lo que no podemos elegir es cómo aprender a leer de cero”. Aquí las personas ciegas solo tienen un sistema, que apenas ha variado desde que Louis Braille lo inventó en 1829.

ENSEÑANZA 3.0

Lo que sí ha evolucionado, y mucho, es la forma de enseñar el Braille. Noelia recuerda en este punto las cartillas con las que ella aprendió a leer, muy similares a las del resto de sus compañeros sin discapacidad. Las compara con las decenas de cuentos en relieve, tinta y Braille que ahora hay disponibles, y se felicita “por todo lo que hemos avanzado”.

Cada año, el Servicio Bibliográfico de la ONCE (SBO) edita decenas de cuentos inclusivos, que combinan dibujos con texturas y fotos, textos en tinta y en Braille. De este modo, “pueden ser utilizados por padres que no ven y niños que sí o viceversa, y dentro de un mismo aula, por escolares con y discapacidad visual y sin ella.

Otro ejemplo de avance pedagógico y de inclusión educativa es el método Braitico, que tantos profesores de la ONCE emplean en aulas de todo el país. Se compone de cuentos, juegos, canciones, actividades pedagógicas, ejercicios y todo tipo de materiales lúdicos y educativos diseñados ex profeso para el aprendizaje del Braille.

Puede ser utilizado “de forma tradicional”, mediante fichas en hojas de papel; con pizarras digitalizadoras, y en el ordenador, a través de la línea Braille. Se divide en cuatro módulos, en función de las edades del estudiante y de los contenidos a trabajar. Conocido como Manitas, el primero comprende de cero a dos años y busca despertar el interés de los más pequeños y “acostumbrarles a tocar el mundo”. Apunto es el segundo módulo, y abarca de los 2 a los 4 o cinco años de edad. En él se trabajan los “prerrequisitos del Braille”, tales como la coordinación bimanual o la orientación en el espacio, y se procura familiarizar a los escolares con el sistema de lectoescritura.

Maripoints es uno de los elementos estrella dentro de esta sección. Esta mariposa consta de una pequeña pieza con el cuerpo y la cabeza y de dos grandes alas, con tres agujeros (y fichas para colocar en ellos) en cada una. De este modo, los escolares empiezan a familiarizarse con los seis puntos que forman el sistema Braille. Las alas de la mariposa se cierran, y así entienden la estructura del Braille cuando se lee. Pero las alas de la mariposa también se abren, y es la manera de explicarles las teclas de la máquina de escribir.

Lo mismo se consigue con Braicar, un coche de juguete en cuya cubierta lucen seis bolitas, una por cada punto del sistema, que también cambian de posición.

A partir de los cinco años empieza el aprendizaje del Braille propiamente dicho, con el módulo 3 o Brailleo, mientras que el cuarto apartado o SuperBraille 4.0 procura que los estudiantes (de 8 a 12 años) afiancen destrezas.

En el primero, los niños y niñas conocen las letras y aprenden a formar sílabas y palabras y a construir frases sencillas. Cada caracter tiene su propio cuento en relieve y tinta; su canción específica; sus actividades de aprendizaje y consolidación, y sus juegos educativos.

Por último, el módulo cuatro se dirige a reforzar competencias para que los escolares utilicen el Braille de forma eficaz. “Siempre de forma lúdica, divertida y amena”, aclaran las profesoras. Todos estos materiales han sido pensados, diseñados y producidos de forma específica para la alfabetización en Braille.

FLEXIBLE E INCLUSIVO

En realidad, Braitico es el resultado de la experiencia de tantos y tantos docentes que han trabajado durante muchos años en su enseñanza. Celia, que ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional al apoyo de alumnos con discapacidad visual en escuelas integradas, así lo corrobora.

“Resulta muy adecuado para los profesores de apoyo que empiezan”, apunta, y también “da muchas ideas a los maestros de aula, que a veces quieren adaptar sus actividades y materiales para los alumnos con discapacidad visual, pero no tienen muy claro cómo hacerlo”. Aquí tienen un montón de propuestas para trabajar distintos conceptos de forma inclusiva, con alumnos con discapacidad visual y sin ella.

Noelia se ocupa este año de alumnos más mayores, a partir de los 12 años, por lo que Braitico se le ha quedado “un poco pequeño”. Para enseñar Braille -como cualquier otra cosa-, lo importante es "despertar el interés y la atención de los alumnos”. “Por eso, recurro a cartillas más tradicionales y adapto lecturas que sé que a ellos les gustan”, explica. Aún así, utiliza actividades del módulo cuatro, aunque “a lo mejor, suprimiendo la parte más infantil”.

“Lo bueno de este método es que es muy flexible y fácil de adaptar a las distintas características de cada alumno”. En el fondo, lo que ofrece es una serie de propuestas pedagógicas, bien estructuradas, testadas y muy variadas, entre las que escoger según “las necesidades de nuestros estudiantes”.

HACERLO PRESENTE

Otra ventaja de Braitico consiste en que ofrece distintas posibilidades de estimulación para niños muy pequeños –menores de un año incluso-, dirigidas a familiarizarlos poco a poco con el Braille. Según Celia, es fundamental acercar este sistema de lectoescritura a los niños y niñas ciegos desde que son bebés.

“Cuando las personas ven, están sometidas a un bombardeo continuo de estímulos visuales, que les llevan a la escritura desde el principio de sus días. Desde los letreros de las tiendas a los rótulos de los productos, pasando por los reclamos comerciales, las revistas, los carteles, las pantallas, la televisión… Sin darse cuenta, están expuestos a un número ingente de signos escritos”, explica, “aunque no tengan ni idea de lo que significan”.

“Esto no sucede de forma natural con los niños ciegos”, resalta, así que “debemos exponerlos al Braille lo antes posible”. Por eso, los servicios de atención temprana aconsejan a los padres etiquetar en Braille los artículos de uso común en la casa, las cosas del niño y sus juguetes... y hacer que los toquen.

También recomiendan que desde muy pronto empiecen a enseñarles cuentos en Braille. "Aunque no entiendan ni jota”, insiste Celia. “Igual que un niño de dos años pasa los ojos por las imágenes de un cuento y por el texto escrito sin saber leer, los bebés ciegos pueden recorrer los puntos del Braille con sus deditos y tocar los relieves”. “La historia ya se la contamos nosotras; ellos adquieren el hábito”.

“Ya aprenderán en la escuela las letras, a formar palabras y a leer de carrerilla”, retoma Noelia. "Pero hay una etapa previa en la que deben desarrollar el tacto y el interés por el Braille”. De igual manera, “es importante que su uso no esté limitado a la escuela”, defiende. "Siempre les decimos a los padres que utilicen el Braille en casa tanto como les sea posible, subraya. Y por lo mismo, es tan importante que esté presente en edificios, museos, autobuses, etc". “Si a los adultos nos hace ilusión encontrar champús y etiquetado en Braille, imagínate a ellos”.

En definitiva, se trata de hacer del Braille algo habitual en sus vidas desde que estas empiezan. Porque será su puerta de acceso a la lectura, a la educación, a la cultura… Al mundo en general.

(SERVIMEDIA)
22 Abr 2023
AGQ/mjg/pai