UN LIBRO ANALIZA LAS ENFERMEDADES DE LOS GENIOS MUSICALES

- Una eminencia de la Oftalmología dejó ciegos a Bach y Händel tras sendas intervenciones

- Una terrible sífili impidió a Delius escribir su propia obra

MADRID
SERVIMEDIA

John Taylor, famoso oftalmólogo inglés del siglo XVIII, dejó ciegos a Johann Sebastian Bach y a George Friedrich Händel en espacio de ocho años. La falta de asepsia en sus intervenciones provocaron, en el caso de Bach, una oftalmitis crónica muy dolorosa que arrastró hasta su muerte, según recoge el libro "Las enfermedades infecciosas y la música", realizado por los doctores Manuel Gomis y Beatriz Sánchez.

Los dos autores hanbuceado en las vidas y en la producción de las mejores figuras de la música clásica para encontrar en ellas rastros de enfermedades infecciosas, "y sorprende la capacidad del músico para crear, incluso en las peores condiciones de salud", afirma el doctor Gomis.

Franz Schubert, que moriría a la edad de 31 años, desde los 25 padecía una sífilis muy grave, que no le impidió componer cerca de 700 canciones de gran belleza. "Además, es el paradigma del artista capaz de saber llevar a la música la aceptacin de su propia muerte. De hecho, son muchos los que coinciden en que ése es el sentimiento que se desprende al escuchar el 'adagio andante' de su Quinteto de cuerda", comentó Gomis.

Otro ejemplo de un autor que se sobrepuso a un terrible deterioro físico que le produjo la sífilis fue Frederich Delius. "Difícilmente, podemos imaginar el infierno por el que pasó. Tenía pleno conocimiento de su terrible deterioro físico, que le impedía plasmar en papel, por propia mano, sus acuciantes ideas musicales, qu nos han sido legadas gracias a la generosa dedicación de su gran amigo Eric Fenby", comentó la doctora Sánchez Artola.

El libro, patrocinado por Bristol-Myers, no se limita a retratar a 40 grandes figuras de la música que en su mayor parte padecieron procesos contagiosos, sino que comentan la variedad de diagnósticos que les realizaron e intentan arrojar luz sobre el origen de los males que les aquejaron con los conocimientos actuales.

"En el caso de Mozart", añade el profesor Gomis, "de cuya reentina muerte tanto se ha escrito, se habla de una enfermedad que ahora se conoce como eritema nudoso, y que ya fue descrita con ese nombre 50 años después de la muerte del genial músico. Sin embargo, entonces se la denominó escarlatina nodular, que como denonminación no está mal, pero que no tiene nada que ver con lo que hoy pensaríamos que es una escarlatina".

También resulta complicado determinar con certeza el origen de la sordera de Beethoven. Se barajan posibles enfermedades infecciosas, como lasífilis, a pesar de que su autopsia fue firmada por dos de los grandes maestros de la anatomía patológica, Wagner y Rokintansky. "Allí se incica que la muerte se debe a una cirrosis y el desarrollo de una peritonitis tras la realización de paracentesis", dijo.

Un compositor obsesionado por los problemas personales que le rodearon fue Gustav Mahler, que padeció una endocarditis. La muerte de su hija a los cinco años a consecuencia de la escarlatina y la difteria impregnan sus últimas sinfonías. "En unaobra como 'Canción de la Tierra' viene a preguntarse qué hacemos realmente en este mundo, si estamos de paso, si acaso la naturaleza nos ha engañado".

EN EL ESCENARIO

Algunos cancioneros y óperas constituyeron en su momento auténticos trabados biográficos y sociológicos de enfermedades contagiosas, como la peste o la tuberculosis. Ya ente las Cántigas de Alfonso X el Sabio, figuran piezas que versan sobre temas de salud, como la que narra la curación de un niño hidrófobo (infectado por el virus de l rabia).

Pero la ópera es la que mejor dio a conocer la enfermedad en el escenario. Los autores destacan "La Traviata" de Verdi o La Bohème de Puccini, con la tuberculosis. "La gente", explica Manuel Gomis, "asimilaba perfectamente en qué consistía una enfermedad, que en un primer momento fue asociada al amor y la bohemia, pero que luego fue ocultada y se convirtió en un tabú".

(SERVIMEDIA)
20 Feb 2000
EBJ