Sanidad
Lipedema y linfedema, dos enfermedades con síntomas parecidos, pero tratamientos distintos

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El lipedema y el linfedema son dos patologías que causan aumento de volumen en brazos o piernas y que, por sus síntomas similares, pueden confundirse. Sin embargo, sus orígenes y tratamientos son muy diferentes, por lo que resulta clave distinguirlas.
El lipedema es un trastorno crónico de la distribución de la grasa. Se caracteriza por la acumulación simétrica de tejido graso doloroso en caderas, muslos y piernas, y en algunos casos también brazos, respetando manos y pies. Suele aparecer o agravarse en etapas de cambios hormonales como la pubertad, el embarazo o la menopausia. Sus síntomas incluyen dolor al tacto, hematomas frecuentes, pesadez, fatiga y piel blanda con nódulos. Esta grasa no responde a dietas ni ejercicio, lo que genera frustración en las pacientes.
El linfedema, en cambio, es una alteración del sistema linfático que se produce cuando los vasos están dañados, malformados o bloqueados. Puede ser primario (de nacimiento) o secundario a cirugía oncológica, radioterapia, infecciones o traumatismos. Se manifiesta con hinchazón persistente, generalmente asimétrica, que puede incluir pies o manos, así como tirantez cutánea, endurecimiento progresivo de la piel y puede presentar episodios de infecciones cutáneas recurrentes.
El doctor Pablo Gallo González, jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, destaca la importancia de no confundir ambas enfermedades. “El lipedema se debe a un exceso de grasa dolorosa y simétrica que respeta manos y pies; la linfedema, en cambio, es una acumulación de linfa que tiende a afectar también esas zonas y genera más
El diagnóstico se realiza mediante historia clínica detallada, exploración física y, si es necesario, pruebas de imagen como eco-Doppler, linfogammagrafía o resonancia magnética. En este sentido, el doctor Gallo explica que "identificar de forma temprana estas patologías evita complicaciones como la fibrosis o el lipo-linfedema, que combina ambas”, advierte el especialista.
El abordaje terapéutico también difiere. A pesar de sus diferencias, ambos trastornos requieren terapia compresiva y actividad física adaptada para mejorar la calidad de vida. “El tratamiento debe personalizarse; en lipedema buscamos reducir la grasa dolorosa y mejorar la movilidad; en linfedema, controlar la hinchazón, prevenir infecciones y preservar la función de la extremidad”, señala el doctor Gallo.
El desconocimiento sobre estas enfermedades hace que muchos pacientes lleguen tarde a la consulta o después de haber probado tratamientos ineficaces. “Informarse, recibir un diagnóstico preciso y acudir a un especialista en linfología son pasos fundamentales. Detectarlas a tiempo cambia por completo la evolución y la calidad de vida de los pacientes”, concluye el jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional.
(SERVIMEDIA)
20 Oct 2025
s/gja