Una mujer drogadicta durante el embarazo multiplica por cuatro o cinco las posibilidades de que el bebé nazca con atresia de ano o de esófago, es decir, que el ano no aparezca perforado y que el esófago no esté comunicado con el estómago.

Dejar las drogas durante el embarazo tampoco es solución, según explicó María LuisaMartínez Frías, directora de la fundación. "El feto puede sufrir síndrome de abstinencia e incluso morir. En esos casos, debe seguirse un tratamiento de desintoxicación", señaló.

Si la mujer toxicómana consume alcohol durante la gestación, se incrementa también el riesgo de que el bebé nazca con deficiencias psíquicas. Los hijos de estas madres tienen muy bajo peso, y puede ser menor si la madre fuma.