En los lemas de protesta, pegados por personas contrarias a esta iniciativa, como las que ayer se manifestaron en las inmediaciones de la Puerta del Sol, se podían leer frases como "Publicidad que impide andar" o "Contenedores sí; publicidad no".

Las pegadas, sin ningún rasgo identificativo de partido o formación alguna, eran tirs blancas de papel, impresas en letra negra, adheridas con engrudo a los postes y vallas del nuevo mobiliario. Sin embargo, a mediodía de hoy la mayoría habían sido arrancadas o despegadas, quedando sólo unos jirones o el rastro del engrudo.

Los "chirimbolos" se han convertido en una piedra de toque entre los partidarios y los detractores del actual gobierno municipal, hasta el punto de que el alcalde madrileño, José María Alvarez del Manzano, llegó a solicitar a la delegada del Gobierno que suspendiee la manifestación de protesta de ayer por considerarla electoralista.

Por su parte, los participantes en la movilización de ayer, que transcurrió entre la Plaza Mayor, la Plaza de la Villa y la Puerta del Sol y entre los que se encontraban numerosos artistas e intelectuales, anunciaron que no renunciarán a exigir la retirada de lo que consideran una "atentado contra la estética" y un "negocio redondo para algún munícipe".

Mientras tanto, los postes anunciadores, los contenedores de pilas y vidri, las vallas de información de calles y líneas de metro llevan camino de convertirse en el campo de batalla entre las dos opciones, a favor o en contra de Alvarez del Manzano.