Rodríguez Zapatero hizo hoy campaña en Valladolid, su ciudad natal y capital de una comunidad en la que se ha fraguado su vida personal y política, en un entregado pabellón Pisuerga en el que se quedaron vacías algunos centenares de sillas de las últimas gradas, con capacidad total para unas 6.500 personas.

En este mitin, el líder socialista pidió abiertamente a los electores que voten el 25 pensando en quién quieren que tome las riendas del país, a quién le quieren dar la iniciativa en muchas materia, también de la posición de España en el mundo, y cómo quieren que se haga. "Por eso me atrevo a pedirles un voto preventivo, para que no volvamos a ver lo que hemos visto en estos últimos años desde el Gobierno de Aznar y del PP".

Un voto, explicó, para que no se repita el desprecio del Ejecutivo a los jóvenes o a los millones de personas que se manifestaron en las calles porque no querían una guerra en Iraq, un "voto preventivo para que haya un Gobierno que nunca más apoye una guerra preventiva comola de Iraq, una guerra mal planteada, un error claro".

En este punto, condenó "tajantemente" los atentados de Casablanca y se solidarizó con las víctimas, pero pidió a continuación a Aznar "una reflexión sobre la estrategia que tiene para combatir el terrorismo internacional. Lo dije muchas veces en el Parlamento", recordó, "el arma de destrucción masiva peor que existe es el odio y el fanatismo, y hay guerras que generan mucho odio y mucho fanatismo".

"Llamó a Aznar a la reflexión porque a Españ no le conviene seguir la estrategia de Bush de lucha contra el terrorismo, no nos conviene como país y tiene que haber un debate urgente en el Parlamento. No nos conviene, y la mejor prueba es que no sólo se ha conseguido que Batasuna esté en una lista, sino que, lamentablemente, estamos también en la lista de objetivos del terrorismo internacional".

Rodríguez Zapatero aseguró a Aznar que el PSOE apoyará la lucha contra el terrorismo pero insistió en que esa tarea "no se puede hacer rompiendo la comuidad internacional, con guerras preventivas, sin respetar la legalidad internacional, hay que hacerla con todos, con las leyes, con el derecho y con Naciones Unidas, que es la garantía de la democracia internacional".

Después de pedir a Aznar esa reflexión y la apertura de un debate en un asunto que es crucial para el país, dijo: "No puede haber una respuesta de desprecio porque eso sería la mejor demostración de la sinrazón de todo ese apoyo ciego a Bush que se ha dado durante estos últimos meses". En el trayecto de autobús entre Madrid y Valladolid, Zapatero explicó a los periodistas que siguen todos sus actos que el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, le telefoneó a mediodía del sábado para informarle de lo sucedido. Expuso además en privado su convencimiento de que el terrorismo internacional se ha agudizado después de la guerra en Iraq y de que no se atajará mientras no se aborden las cuestiones de fondo, como la eterna lucha entre israelíes y palestinos, y mientras no se cortela política de acción y reacción emprendida por Bush y por Ariel Sharon, y que ha sido respaldada por el Gobierno español.

Recordó, además, que en las encuestas que se hicieron sobre la guerra en Iraq y la visión que de ella tenían los ciudadanos se veía claramente que los españoles temían un mayor riesgo de atentados terroristas después de este conflicto y que no consideraban que la intervención militar fuera el mejor modo de atajar el riesgo.

EL VOTO PARA "RECOLOCAR" A ESPAÑA

En este asunto, recisó después en el acto en Valladolid, será "tan firme" como hasta ahora en la lucha contra ETA, con una actitud de apoyo al Gobierno que ha resultado "ejemplar" y que seguirá con el mismo eje después de una victoria socialista en las urnas porque cuando eso suceda "no le meteré el dedo en el ojo como ellos hacen cada día con el tema en Euskadi. Le llamaré a cooperar y tendrá mi apoyo para defender a su gente en el País Vasco cada día".

En este punto, y en respuesta a las advertencias del PP sobre u posible acuerdo de socialistas y nacionalistas en Euskadi, reiteró que su partido respetará siempre la Constitución y el Estatuto, y nunca respaldará a quien pretenda saltarse esas reglas de juego, pero mantendrá la misma posición en el ámbito nacional y en el internacional y, en este último, añadió, ha sido el PP quien "ha descolocado" a España.

Nuestro país, explicó, tiene que seguir luchando por una Europa unida "no guiada por Bush y por su administración conservadora" y es por ello necesario "endrezar el rumbo" de la política internacional. Quien tenga la mayoría en España para tomar esa iniciativa y para terminar con las etapas de los "abusos de poder" comienza a decidirse el próximo domingo, alertó.

En estas elecciones no se elige sólo "quien puede poner mejor las farolas o quien va a asfaltar más calles, porque eso lo sabe hacer casi todo el mundo. Elegimos también qué partido va a tener la primacía y la mayoría en este país, al partido que va a marcar la iniciativa de España económica y scial, de nuestra posición en el mundo".

"No le den la razón con su voto a quien ha perdido la razón. Den con su voto la razón al Partido Socialista, que está de verdad cerca de la gente, en la España que quiere la gente y mirando al futuro, no al pasado, como hace Aznar cada día. Elegimos formas de ser y de gobernar", dijo, y la del PSOE tendrá como bases la ética, el respeto a la gente, y la austeridad y la eficacia en la gestión.

En ese compromiso de respeto a la gente entra, dijo Rodríguez Zaptero, "no jugar con las pensiones" con fines electoralistas, como considera que ha hecho Aznar al alertar del riesgo que corren en caso de victoria socialista. La existencia y mantenimiento de las pensiones, dijo de nuevo al presidente, "es una conquista de la democracia" y de los trabajadores que cotizan, y las de quienes no pueden cotizar se deben, recordó, al Gobierno de Felipe González.

Desde 1978, reiteró el líder socialista, el PSOE ha sido "un factor decisivo de moderación, de estabilidad y de onsolidación de la democracia en España", y resulta por ello "absurdo" que el PP centre su campaña en alertar del riesgo que supone este partido.