Además de los empleados de Seat también salió a la calle un buen número de trabajadores de las empresas auxiliares, que se verían afectadas por los planes de reconversión de la marca, según los sindicatos.

Las intervenciones de los dirigentes sindicales tras la manifestación coincidieron en que los ánimos de los trabajadores de Seat, que hoy volvieron a paralizar la actividad en todos los centros de Ctaluña, estaban más altos que nunca y también dipuestos a negociar.

El secretario general del Metal de UGT Manuel Fernández 'Lito' expresó a los manifestantes: "En la medida en que una negociación no avance en el sentido que queremos, os volveremos a llamar tantas veces como sea necesario, porque tenemos además la fuerza de la razón, pero si hay que imponer otra cosa, también la vamos a imponer, y si que hay que hacer movilizaciones mucho más contudentes, las haremos, y si hay que ir a más huelgas lasharemos".

El dirigente de UGT insistió en la necesidad de que Zona Franca siga fabricando automóviles. "Si a partir de ahí alguien quiere hablar de parque de componentes, bienvenido, pero no sustituyendo a otras empresas sino además de, por encima de, generando empleo, y por lo tanto, hace falta dinero para el desarrollo industrial".

El secretario general de UGT en Cataluña, Josep María Alvarez, dijo que "tras la reunión de ayer con el presidente de la Generalitat será posible abrir un proceso denegociación" y añadió que "lo que piden estas manifestaciones es un plan de viabilidad y un plan negociado con los sindicatos".

Entre los asistentes al acto de protesta, que discurrió por los cuatro kilómetros que separan la plaza España de la plaza de la Catedral, se encontraban el secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, el secretario general de este sindicato en Cataluña, José Luis López Bulla; el presidente y el vicepresidente de Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó y Joan Saura, y la diputda de Esquerra Republicana Pilar Rahola. Esta vez no asistió el primer secretario de los socialistas catalanes, Raimon Obiols.

La críticas más duras lanzadas por los manifestantes estuvieron dirigidas contra el número dos y jefe de compras de de Volkswagen, José Ignacio López de Arriortúa. Algunas de las consignas más coreadas fueron "Supermentiroso", "Judas de España" y "Encantador de serpientes".