Este informe está firmado por Doroteo Santos Diego, analista de la asociación Babeaz, quien destaca que entre los afectados están "profesores acorralados por enseñar en la libertad constitucional, periodistas hostigados por informar ecuánimemente" o "policías acorralados por reprimir la opresión sectaria".

Este estudio añade que también son hostigados por ETA y su entorno "políticos acosados por defender sus ideas, empresarios apremiados por no aceptar la extorsión", todos los cuales tienen en común que se oponen o no secundan "los intereses de la banda terrorista y sus secuaces".

Doroteo Santos Diego destaca que "de semejante opresión saca partido alguien más que los terroristas, por lo que la instrumentalización política de la violencia tiene múltiples y diversas caras".

"INTENSA ANGUSTIA"

Asimismo, en este informe se añade que "semejante situación ha sido estudiada parcialmente", aunque algunos estudios apuntan a que "las repercusiones para la salud física y psíquica de las personas 'perseguidas' han sido ya contrastadas, al menos en parte y a la espera de trabajos más amplios".

No obstante, se sabe ya que "cambiar de conductas habituales ante 'la amenaza continua y difusa', el sesgo en la percepción tras un 'anillo de aislamiento preventivo a su alrededor', las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo, todo ello 'conduce a la aparición de numerosos síntomas'".

En concreto, se ha constatado "el sufrimiento de 'intensa angustia', frecuente 'sintomatología de ansiedad', acompañada de miedo, aislamiento, y a veces de 'incremento en el consumo de tóxicos o sedantes'; con frecuencia autoadministrados".