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Más del 90 % de las empresas ya integran criterios ESG en su estrategia

MADRID
SERVIMEDIA

Más del 90% de las empresas del IBEX35 ya han incorporado criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) en su estrategia de negocio, según un informe de Fundación Cotec y NTT DATA. Esto indica que las compañías que quieren mantenerse competitivas deben asumir un compromiso real con la sostenibilidad. No hacerlo supone arriesgarse a perder la confianza de inversores y consumidores, además de enfrentar posibles sanciones regulatorias.

La ONG Finance Watch ha alertado de que los bancos más grandes del mundo todavía destinan 1,4 billones de euros a la financiación de combustibles fósiles. Este dato pone de manifiesto cómo las decisiones financieras pueden tener un impacto global enorme, tanto en términos medioambientales como en la estabilidad económica a largo plazo. Es en este contexto donde las empresas se ven obligadas a redefinir sus prioridades y evaluar sus decisiones con criterios más amplios que el simple retorno económico inmediato.

Una gestión financiera moderna debe integrar un marco ético sólido. Esto implica que cada decisión de inversión, de financiación o de gasto no solo se evalúe por su impacto económico, sino también por las repercusiones sociales y ambientales que puede generar.

El caso de la galletera Gullón es un ejemplo revelador. Según informó la Cadena SER, la compañía consiguió reducir un 16% sus emisiones de alcance 3 en solo dos años, con la meta de alcanzar un recorte del 55 % para 2030. Esa decisión, que en un principio pudo haber implicado costes adicionales, se ha convertido en una ventaja competitiva, reforzando su reputación y posicionándola como una empresa responsable y comprometida con el medio ambiente.

Para avanzar hacia una gestión responsable, conviene adoptar ciertos principios rectores que actúan como guía en el día a día de las organizaciones. Es necearia una visión a largo plazo, no limitarse al cierre del próximo trimestre, sino considerar los impactos acumulados de cada decisión. Esto incluye anticiparse a cambios normativos o a posibles crisis derivadas del cambio climático.

También transparencia total, la rendición de cuentas y la publicación de informes claros —tanto financieros como no financieros— son clave para generar confianza en los grupos de interés. La evaluación de riesgos extendida, ya no basta con medir riesgos de liquidez o de mercado. Ahora también deben valorarse los riesgos reputacionales, regulatorios y ambientales. La innovación constante, desde la adopción de energías renovables hasta la aplicación de modelos de economía circular, la innovación es una palanca esencial para mantener la competitividad sin comprometer la sostenibilidad. Y el equilibrio financiero y social priorizando proyectos que, además de ser rentables, aporten valor a la comunidad y reduzcan impactos negativos.

Analista destacan la importancia de aplicar estrategias concretas que permitan a las empresas incorporar criterios de sostenibilidad en su planificación financiera. Entre ellas destacan la inversión responsable, considerar criterios ESG antes de aprobar proyectos de expansión o adquisiciones. Un ejemplo es el caso de Benteler, que firmó un contrato de suministro de energía renovable para los próximos 15 años, garantizando estabilidad en costes y reducción de emisiones.

También unos presupuestos sostenibles que destinen partidas específicas a iniciativas verdes, auditorías sociales y formación en sostenibilidad. Esto convierte el compromiso en un aspecto medible y verificable. Y una financiación ética que opte por productos financieros alineados con principios de sostenibilidad, como bonos verdes o préstamos vinculados a objetivos ESG, así como cadenas de valor responsables que exijan a los proveedores estándares mínimos en materia ambiental y social, lo que asegura coherencia en toda la operación de la compañía.

De acuerdo con Javier Rodríguez Soler, director de sostenibilidad de BBVA, “la sostenibilidad es uno de nuestros negocios más rentables”. Según datos del propio banco, ya han movilizado 206.000 millones de euros en financiación sostenible desde 2018, lo que demuestra que estas decisiones también pueden ser altamente rentables.

FORMACIÓN

El éxito en la implementación de estas prácticas depende en gran medida de la formación de los profesionales financieros. Hoy en día, no basta con dominar estados contables o estrategias de inversión tradicionales; se necesitan herramientas que permitan evaluar riesgos ambientales, cumplir normativas internacionales y diseñar planes financieros alineados con la sostenibilidad.

La UEMC Business School ha entendido esta necesidad y ofrece un programa especializado que responde a este reto: el máster online en dirección financiera. Este máster proporciona conocimientos avanzados en planificación, control y análisis financiero, pero, además, incorpora una visión ética y sostenible en la gestión. Gracias a este tipo de formación, los profesionales pueden anticiparse a los desafíos actuales y liderar con éxito organizaciones que buscan ser rentables y responsables al mismo tiempo.

Al ser online, este programa ofrece flexibilidad para compaginarlo con la actividad profesional, lo que facilita aplicar de inmediato lo aprendido en la empresa. La combinación de teoría actualizada y aplicación práctica convierte a este máster en una herramienta clave para quienes desean destacar en un entorno cada vez más competitivo y exigente.

Las decisiones financieras ya no pueden medirse únicamente en términos de rentabilidad. La sostenibilidad, la ética y la responsabilidad social se han convertido en factores imprescindibles para garantizar la viabilidad a largo plazo de las empresas. Como muestran casos como los de Gullón o Benteler, integrar estos criterios no solo mejora la reputación corporativa, sino que puede generar importantes beneficios económicos y operativos.

(SERVIMEDIA)
23 Oct 2025
s/gja

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