MADRID

MASSAGUÉ AFIRMA QUE NO HABRÁ QUE ESPERAR 15 AÑOS PARA ATAJAR LA METÁSTASIS PORQUE "NO ESTAMOS EN LA ERA DE LAS CAVERNAS"

SANTANDER
SERVIMEDIA

El científico español Joan Massagué, médico del norteamericano Instituto Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, afirmó hoy que no habrá que esperar 15 años para desarrollar un tratamiento eficaz en la lucha contra la metástasis de cáncer, porque "ya no estamos en la época de las cavernas y ahora ya tenemos la rueda".

Massagué, que ha encabezado el desarrollo de una investigación por la que se ha aislado el gen que produce que un cáncer de mama desencadene en una metástasis en los pulmones, explicó que "hay terapias candidatas" para atajar este problema, porque "como ya se lleva trabajando mucho tiempo, ya hay medicamentos que pueden frenar esta actividad" celular.

Sin embargo, apuntó que "nos falta mucha información sobre cómo sucede la metástasis y más oportunidades para poner los tratamientos" a prueba, aunque "estamos en un momento fluido en que no sabemos cual será el próximo descubrimiento (...) y se vive ya (...) al comienzo de ese futuro prometedor" del que se hablaba hace diez años.

En cualquier caso, prosiguió, hoy por hoy "el mejor remedio contra el cáncer es dejar de fumar" porque, de momento, "iremos avanzando de forma progresiva, pero nunca a saltos", y en este avanzar, "la biología molecular" entre otras disciplinas "será la clave".

UN GEN

De momento, las investigaciones de Massagué han aportado algo de luz sobre lo que hasta entonces era un fenómeno completamente desconocido: el proceso por el que un cáncer se transforma en una metástasis. En concreto, el doctor y su equipo han conseguido aislar un gen que podría ser el responsable de que un tumor en un pecho se convirtiera en una metástasis de pulmones.

Según explicó hoy Massagué en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, "la mayoría de las metástasis de pulmón" observadas durante la investigación "surgieron de aquellos tumores que tenían" una alta cantidad del citado gen, lo que se traduce en que, de ahora en adelante, la presencia del gen en el organismo podrá ser un indicador de la propensión del paciente a desarrollar la enfermedad.

Así, prosiguió, se facilita el trabajo al oncólogo a la hora de seleccionar un tratamiento, que no deberá ser tan agresivo con aquellos pacientes genéticamente menos susceptibles de desarrollar una metástasis, y más concienzudo con quienes tengan una destacada presencia de este gen en el tumor que hayan desarrollado.

(SERVIMEDIA)
28 Jul 2005
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