Día Salud Mental

Los médicos de familia abogan por no prescribir benzodiacepinas en adolescentes de 10 a 21 años para ansiedad o insomnio, salvo en casos “graves”

-Tranquilizantes y somníferos son la cuarta sustancia más usada por jóvenes de 14 a 18

MADRID
SERVIMEDIA

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) subrayó este martes la recomendación de no prescribir benzodiacepinas en población adolescente de diez a 21 años para tratar problemas de ansiedad o insomnio, “exceptuando los problemas neurológicos o psiquiátricos graves”. Además, recordó que, según la OMS, en 2030 los trastornos de salud mental “podrían convertirse en la principal causa de discapacidad a nivel mundial”.

Así lo aseveró en un comunicado emitido coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental y en el que explicó que, en 2021, se expidieron en España 58,53 dosis diarias por 1.000 habitantes y día del grupo de medicamentos derivados de la benzodiacepina, marcando la cifra más alta de recetas desde 2010 y juzgó “necesario actualizar” el modelo de abordaje clínico incrementando “el tiempo y la calidad” de las consultas y “actualizando” las competencias y habilidades profesionales de los especialistas en salud mental.

Tras señalar que la indicación de no prescribir benzodiacepinas en menores de diez a 21 años es una incorporación que ha realizado al Catálogo ‘No Hacer’ de Guiasalud en España que ahora integran todas las sociedades científicas, la Semfyc hizo hincapié en que uno de cada cinco jóvenes de entre diez y 19 años ha sido diagnosticado con algún problema de salud mental, según datos de Unicef (2021), y en que España es “el líder en prevalencia diagnosticada de trastornos mentales en menores en Europa”.

Junto a ello, advirtió de que, según la OMS, el 50% de los trastornos mentales se inician a los 14 años o antes y el 75% antes de los 18 años, datos que, a su entender, “subrayan la urgencia de abordar los desafíos de salud mental en la población adolescente en España”.

En este contexto, el médico de familia y miembro del Grupo de Trabajo de Atención al Adolescente de la Semfyc Guillermo Lorenzo aseveró que, desde principios de 2021, los especialistas han observado a nivel estatal un “preocupante aumento" en el número de adolescentes que consultan con síntomas psiquiátricos o psicológicos y un “notable incremento” de jóvenes con intoxicaciones “múltiples” relacionadas con un “mayor acceso a psicofármacos”.

TRANQUILIZANTES Y SOMNÍFEROS, CUARTA SUSTANCIA EN JÓVENES

En paralelo, señaló que, según la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, tranquilizantes y somníferos son la cuarta sustancia más usada por personas de entre 14 y 18 años en España, las cifras “más elevadas” de consumo “desde que existen registros”.

En los últimos 18 años de registro, el uso de tranquilizantes en menores de 30 años se ha triplicado, a pesar de que son los mayores de 65 los que lideran la demanda de este tipo de medicamentos y, a este respecto, Mara Sempere, del Grupo de Trabajo de utilización de Fármacos de la Semfyc, lamentó la “dinámica general de polimedicación” e insistió en que son fármacos “complejos porque generan adicción”, por lo que su retirada tiene que ser “gradual, progresiva”.

Por su parte, la médica de familia y coordinadora del Grupo de trabajo de Salud Mental de la Semfyc, Luz de Myotanh Vázquez, indicÓ que el aumento de prescripción de benzodiacepinas en adolescentes puede darse, en parte, debido a que “para controlar algunos de los síntomas, se acaba pautando un fármaco, porque los recursos llegan tarde”. “En muchos casos, no se darían si la accesibilidad a los servicios fuera más fácil”, espetó.

Según su punto de vista, el “daño” que pueden provocar en los adolescentes “se debería tener en cuenta”. “Muchos psicofármacos tienen efectos secundarios y posiblemente sean peor llevados por los adolescentes que por una persona adulta”, apostilló, convencida de que el aumento de la prescripción “va coligado al incremento de patología mental, pero también a una medicalización de problemas mundanos que antes se resolvían en la comunidad y en el ámbito familiar”.

Con respecto al papel de los ‘influencers’ en la visibilización de los problemas de salud mental, la experta lo consideró “un arma de doble filo”. “Rompe el estigma con el que tradicionalmente se han asociado a estos problemas”, admitió, al tiempo que urgió a “no banalizar ni puerilizar los problemas que tiene la población anónima”, consciente de que las personas con menos recursos y con menores rentas “suelen tener más probabilidad de tener enfermedad mental más grave”.

(SERVIMEDIA)
10 Oct 2023
MJR/gja