La intención de la Comisión es que esta propuesta afecte al conjunto de servicios audiovisuales y de informción, sea cual sea el medio: televisión radiodifusión, redes en línea e Internet).

El objetivo es la elaboración de un Código de Conducta que establezca reglas que eviten que los menores "accedan sin acuerdo de sus padres o de sus educadores a contenidos legales susceptibles de dañar su desarrollo físico, mental o moral".

En cuanto a la protección de la dignidad humana, las líneas de acción propuestas por el Ejecutivo comunitario se basan en la cooperación de los operadores audivisuales con las autoridades judiciales y políticas, en e tratamiento de las quejas sobre las líneas calientes y en la información a los usuarios.

La Comisión Europea desea "promover la credibilidad de los Códigos de Conducta, por un lado teniendo en cuenta el carácter voluntario de su aplicación, y por otra, previendo medidas disuasivas y proporcionadas a la naturaleza de las violaciones del código".

La propuesta de la Comisión es consecuencia de una investigación que se plasmó en el Libro Verde sobre el sector audiovisual, que aconsejaba la autorreguación a nivel nacional como respuesta más apropiada para proteger a los menores y la dignidad humana.