La libertad de horarios que rige actualmente podrá mantenerse en los cuatro años posteriores a la aprobación de la directiva sobre el tempo de trabajo. Después, y durante tres años, el máximo semanal no podrá superar las 58 horas, y en los 24 meses siguientes las 56 horas.

Tras estas fases, que durarán 9 años, deberá aplicarse el máximo de 48 horas a la semana. Para los países que tengan dificultades, ese plazo podrá ampliarse hasta 12 años como máximo.

La normativa ha contado también con el visto bueno de los socialistas europeos. Sin embargo, el eurodiputado español Alejandro Cercas ha criticado que el período transitorio sea an largo. También ha criticado que haya sido el Gobierno español uno de los que más se ha resistido a poner en marcha la directiva.