Ayer se anunció que Obiang visitaría el Congreso de los Diputados y firmaría en el Libro de Honor, algo que varios grupos consideraron claramente inconveniente.

Se quejaron a la Presidencia del Congreso de que los grupos parlamentarios deben ser consultados antes de ser involucrados en una visita que consideran "polémica" porque insisten en que Obiang es un dictador que permite, cuando no promueve, la vulneración de los derechos humanos en su país.

Ante las protestas, el presidente del Congreso, Manuel Marín, convocó por mensaje a los móviles una reunión de la Junta de Portavoces a las nueve y media de la noche.

En esa reunión los grupos expresaron su malestar por no haber sido consultados formalmente sobre la visita de Obiang al Congreso.

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, no asistió a la reunión porque, según explicó a la Presidencia del Congreso, no tenía intención de participar en ninguna reunión o encuentro con Obiang.

A la vista del panorama, aseguran estas fuentes, Marín decidió suspender la visita de Obiang, de lo cual los grupos se enteraron a primera hora de esta mañana, poco antes de la hora a la que estaba prevista la visita del mandatario guineano.

Hacia las nueve y media de esta mañana, Moratinos presentaba en el Congreso de los Diputados los Presupuestos de su departamento, y algunos diputados conversaron con él sobre lo sucedido con la visita de Obiang.

Algunos de estos parlamentarios escucharon lo que consideran un reproche de Moratinos por su cerrazón ante la visita. En concreto, a alguno de ellos le reprochó irónicamente "la ayuda a la diplomacia española" que supone su actitud.