Ciencia

Los neandertales y los humanos modernos convivieron en el norte de Europa hace más de 45.000 años

- Hallan un primer kit de herramientas de piedra de Homo sapiens en Alemania

MADRID
SERVIMEDIA

Los humanos modernos (Homo sapiens) llegaron al norte de Europa hace más de 45.000 años y convivieron con los neandertales durante varios miles de años antes de que estos se extinguieran.

Esa es la conclusión de un trabajo realizado por un equipo internacional de investigadores tras el hallazgo de fósiles de Homo sapiens en la cueva de Ilsenhöhle, situada en Ranis (este de Alemania).

El análisis genético, el examen arqueológico e isotópico y la datación por radiocarbono del sitio de Ranis se detallan en tres artículos publicados este miércoles en las revistas ‘Nature’ y ‘Nature Ecology and Evolution’.

La evidencia de que Homo sapiens y Homo neanderthalensis convivieron es consistente con la evidencia genómica de que esas dos especies ocasionalmente se cruzaron. También alimenta la sospecha de que la invasión de Europa y Asia por los humanos modernos hace unos 50.000 años contribuyó a la extinción de los neandertales, que habían ocupado la zona durante más de 500.000 años.

NUEVA EVIDENCIA

Los huesos desenterrados en Ranis datan de hacer unos 45.000 años y están asociados con puntas de piedra alargadas parcialmente moldeadas en ambos lados, denominadas puntas bifaciales parciales. Esos objetos son característicos de la cultura o tecnocomplejo lincombiano-ranisiano-jerzmanowiciano (LRJ), a caballo entre los últimos neandertales y los primeros humanos anatómicamente modernos en Europa.

El nuevo descubrimiento documenta los primeros fósiles de Homo sapiens conocidos en Europa central y del noroeste. Las puntas bifaciales encontradas en Ranis también se han descubierto en otras localidades de Europa, desde Moravia (Chequia) y el este de Polonia hasta las islas británicas.

"La cueva de Ranis proporciona evidencia de la primera dispersión de Homo sapiens a través de las latitudes más altas de Europa. Resulta que los objetos de piedra que se pensaba que eran producidos por los neandertales eran, de hecho, parte del primer kit de herramientas del Homo sapiens”, según Jean-Jacques Hublin, director emérito del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania).

Hublin añade: “Esto cambia fundamentalmente nuestro conocimiento previo sobre este periodo de tiempo: el Homo sapiens llegó al noroeste de Europa mucho antes de la desaparición de los neandertales en el suroeste de Europa".

“DESAFÍO”

Un equipo de investigación internacional reexcavó el yacimiento de Ranis -situado en la base de un castillo- entre 2016 y 2022 con los objetivos de localizar depósitos remanentes de la excavación realizada entre 1932 y 1938, aclarar la estratigrafía y la cronología del sitio, e identificar a los creadores de la cultura LRJ.

En la parte inferior de una secuencia de ocho metros de profundidad, los investigadores descubrieron capas alusivas a ese tecnocomplejo.

"El desafío era excavar la secuencia completa de ocho metros de arriba a abajo, con la esperanza de que quedaran algunos depósitos de la excavación de la década de 1930. Tuvimos la suerte de encontrar una roca de 1,7 metros de espesor que las excavadoras anteriores no superaron. Después de quitar esa roca a mano, finalmente descubrimos las capas de LRJ e incluso encontramos fósiles humanos. Esto fue una gran sorpresa, ya que no se conocían fósiles humanos del LRJ antes", explica Marcel Weiss, de la Universidad de Erlangen-Núremberg y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

En el sitio se recuperaron miles de piezas de hueso altamente fragmentadas. "El análisis zooarqueológico muestra que la cueva de Ranis fue utilizada de forma intermitente por hienas de madriguera, osos de las cavernas que hibernaban y pequeños grupos de humanos", subraya el zooarqueólogo Geoff Smith, de la Universidad de Kent (Reino Unido) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

"Si bien estos humanos solo usaban la cueva por cortos periodos de tiempo, consumían carne de una variedad de animales, incluidos renos, rinocerontes lanudos y caballos", recalca Smith, antes de añadir: "Aunque los huesos se rompieron en pedazos más pequeños, estaban excepcionalmente bien conservados y nos permitieron aplicar los últimos métodos de vanguardia de la ciencia arqueológica, la proteómica y la genética".

Además de estas nuevas excavaciones, el equipo también llevó a cabo nuevos análisis de los fragmentos óseos de la antigua colección de Ranis (excavaciones de 1932 a 1938). Esto incluyó un estudio en el que los huesos fueron examinados uno por uno para identificar potencialmente restos humanos. "Este minucioso trabajo fue recompensado por el descubrimiento de varios huesos humanos nuevos", dijo Hélène Rougier, paleoantropóloga de la Universidad Estatal de California en Northridge (Estados Unidos), quien agrega: "Encontrar restos humanos mezclados con huesos de animales que habían estado almacenados durante casi un siglo fue una sorpresa inesperada y fantástica".

TRECE RESTOS HUMANOS

Una vez que se identificaron los 13 restos óseos humanos de las excavaciones antiguas y nuevas, se extrajo el ADN de estos fósiles y este se analizó.

"Confirmamos que los fragmentos óseos pertenecían al Homo sapiens. Curiosamente, varios fragmentos compartían las mismas secuencias de ADN mitocondrial, incluso fragmentos de diferentes excavaciones. Esto indica que los fragmentos pertenecían al mismo individuo o eran parientes maternos, lo que vincula estos nuevos hallazgos con los de hace décadas", dice Elena Zavala, investigadora postdoctoral en la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Otro objetivo importante fue obtener ADN de los sedimentos del sitio, especialmente de las capas de LRJ. Además de su búsqueda de fragmentos óseos humanos, el equipo también extrajo ADN de mamíferos antiguos de muestras de sedimentos para completar el análisis zooarqueológico.

La datación por radiocarbono se utilizó para comprender cuándo los humanos ocuparon la cueva. Los huesos de Homo sapiens de las excavaciones de la década de 1930 y de 2016 a 2022 se dataron directamente utilizando cantidades muy pequeñas de hueso para preservar el material para posteriores análisis. Las fechas muestran que estos individuos fueron algunos de los primeros Homo sapiens en habitar Europa.

El equipo también llevó a cabo la datación por radiocarbono de huesos de animales de diferentes capas del sitio para reconstruir la cronología del sitio. Se centraron en huesos con rastros de modificaciones humanas en sus superficies, vinculando las fechas con la presencia humana en la cueva.

"Encontramos una muy buena concordancia entre las fechas de radiocarbono de los huesos de Homo sapiens de ambas colecciones de excavación y con los huesos de animales modificados de las capas LRJ de la nueva excavación, lo que establece un vínculo muy fuerte entre los restos humanos y LRJ. La evidencia sugiere que el Homo sapiens ocupaba esporádicamente el sitio desde hace 47.500 años", sentencia Helen Fewlass, becaria postdoctoral en el Instituto Francis Crick (Reino Unido).

CLIMA ADVERSO

Los análisis de isótopos estables en dientes y huesos de animales permiten conocer las condiciones climáticas y los entornos que los grupos pioneros de Homo sapiens encontraron alrededor de Ranis.

La presencia de renos, osos de las cavernas, rinocerontes lanudos y huesos de caballos, por ejemplo, indicaba condiciones climáticas frías típicas de la tundra esteparia y similares a las condiciones actuales en Siberia y el norte de Escandinavia, y una dieta humana basada en grandes animales terrestres.

Los investigadores concluyeron que la cueva era utilizada principalmente por osos de las cavernas en hibernación y hienas en sus madrigueras, con solo presencia humana periódica.

El equipo combinó información de una amplia gama de diferentes proporciones de isótopos estables y pudo demostrar que un clima continental muy frío y paisajes de estepa abierta, similares a los que se encuentran en Siberia o el norte de Escandinavia en la actualidad, prevalecieron durante la época de la LRJ, y las condiciones climáticas se enfriaron aún más a lo largo de las ocupaciones de Ranis.

"Esto demuestra que incluso estos primeros grupos de Homo sapiens que se dispersaron por Eurasia ya tenían cierta capacidad para adaptarse a condiciones climáticas tan duras", subraya Sarah Pederzani, de la Universidad de La Laguna (España) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, quien dirigió el estudio paleoclimático del sitio.

Pederzani apostilla: "Hasta hace poco se pensaba que la resistencia a las condiciones climáticas frías no aparecía hasta varios miles de años después, por lo que este es un resultado fascinante y sorprendente. Tal vez las estepas frías con manadas más grandes de animales de presa eran entornos más atractivos para estos grupos humanos de lo que se apreciaba anteriormente".

Este estudio exhaustivo, que integra la excavación arqueológica, la identificación taxonómica morfológica y proteómica, el análisis del ADN mitocondrial, la datación por radiocarbono de material arqueológico recién excavado y de restos humanos, la zooarqueología y el análisis de isótopos, marca un hito importante en la comprensión de las incursiones iniciales del Homo sapiens en Europa al norte de los Alpes durante la transición del Paleolítico Medio al Superior.

Además, el equipo descubrió que los Homo sapiens se aventuraron en Europa en condiciones climáticas extremadamente frías. Moviéndose en pequeños grupos, compartían su entorno y sitios con grandes carnívoros, como las hienas, y fabricaban herramientas de piedra en forma de hoja elaboradamente elaboradas.

(SERVIMEDIA)
31 Ene 2024
MGR/clc