Soria hizo estas declaraciones a los medios de comunicación antes de presidir la primera reunión de trabajo del Comité de Seguimiento y Evaluación de la Estrategia de Cardiopatía Isquémica del Sistema Nacional de Salud (SNS), el órgano encargado de elaborar la normativa estatal que aúne las normas autonómicas ya existentes en cuanto a colocación y uso de desfibriladores en lugares públicos.

Según dijo el titular de Sanidad, la idea es que la normativa sea "clara" y pueda presentarse para su aprobación en el próximo Consejo Interterritorial de Salud (formado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas), que será en abril o mayo.

Aunque el ministro no concretó el tipo de lugar exacto en el que la futura normativa estatal permitirá colocar desfibriladores, sí dijo que los textos existentes en otros países hablan de lugares donde se registren concentraciones importantes de personas, como pueden ser aeropuertos, estadios de fútbol o centros comerciales.

Para la correcta y efectiva utilización de estos aparatos, lo ideal sería enseñar a manejarlos, al menos, a una de cada diez personas de las que se encuentren habitualmente en el lugar donde se instalará, explicó el ministro.

El titular de Sanidad recordó que cada año se producen en España unas 25.000 paradas cardiacas fuera de los centros sanitarios, lo que supone, dijo, "cuatro veces más de los accidentes de tráfico" contabilizados.

En los casos de desfibrilación, continuó Soria, se dispone sólo de diez minutos para actuar y tratar de evitar la muerte del paciente, algo para lo que el desfibrilador es "muy útil".

EL desfibrilador se utiliza cuando el corazón entra en desfibrilación, es decir, no bombea sangre y no funciona adecuadamente.