Esta técnica se realiza entre 18 y 24 horas antes de las intervenciones quirúrgicas y en la propia habitación del paciente. Para realizarla se requiere un máquina que separa los hematíes del plasma.

De esta forma se consigue recoger solamente concentrados de hematíes, devolviendo el plasma al enfermo. El volumen de hematíes extraídos del enfermo se le retorna en idéntica cantidad mediante una solución colode o cristaloide o una mezcla de ambas.

Con esta técnica no se alteran los parámetros de la coagulación ni se afectan las proteínas plasmáticas, ya que el plasma se devuelve al enfermo íntegramente.

La hemodilución está indicada principalmente como técnica de autotrasfusión en cirugía programada con pérdidas hemorrágicas moderadas.

Según los datos de la Clínica de la Universidad de Navarra, los resultados obtenidos demuestran que el 76 por ciento de pacientes a los que se realizó erotroféress no precisaron la administración de sangre homóloga, por lo que se considera una técnica bien tolerada por los pacientes.