Advierte, sin embargo, de que dichas cifras “deben interpretarse con cautela”, dado que “los datos de 2023 no son directamente comparables con los informes oficiales, más completos, de años anteriores”.

La OMS sigue calificando el riesgo a nivel mundial como "muy alto", dado el alto número de brotes de cólera y su amplia expansión geográfica, a los que se añaden "la escasez de vacunas y otros recursos". En total, 29 países han notificado casos desde el 1 de enero de 2023.

El continente africano sigue siendo el más afectado, ya que cuenta con 16 países que han notificado casos de cólera desde principios de año. En África Sudoriental, Zimbabue sigue informando de un aumento de casos desde mediados de septiembre, especialmente en las provincias de Harare, Masvingo y Manicaland. En Mozambique también se observan brotes y una mayor propagación geográfica de los casos.

También se notificaron enfermos de cólera en la provincia de Lusaka, en Zambia, ya que la subregión se encuentra actualmente en la temporada de lluvias, lo que normalmente aumenta, según la OMS, el riesgo de transmisión del cólera.

En el Gran Cuerno de África, a pesar de una "tendencia a la baja", desde una media semanal de 800 casos, Etiopía continúa notificando más de 400 pacientes de cólera por semana. Tigray es la décima región afectada, pero cuenta con una "mayor distribución geográfica" de la enfermedad dentro del país.

En Sudán, el número total de casos se ha duplicado desde el informe de situación anterior, con cerca de 3.000 casos y 95 muertes asociadas, que se han identificado en siete Estados: Gedaref, Gezira, Kassala, Jartum, Mar Rojo, Sennar y Kordofán del Sur. Por ello, según la OMS, las actividades de vigilancia y respuesta siguen siendo "un desafío importante en el país en medio de la actual crisis humanitaria".

Casi un año después de que la Organización Mundial de la Salud calificara el resurgimiento mundial del cólera como una "emergencia de grado 3, el más alto", la institución está revisando su respuesta global al cólera y hará "ajustes basados ​​en evidencia" para coordinar mejor la respuesta frente a esta enfermedad.