Clima

La ONU pide “torrentes, no goteos” en financiación climática, con 2,4 billones de dólares anuales

- El jefe climático de Naciones Unidas reclama “un esfuerzo olímpico en los próximos dos años”

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, reclamó este viernes “torrentes, no goteos” en financiación climática con al menos 2,4 billones de dólares al año, así como “un esfuerzo olímpico” en dos años para cumplir los objetivos de lucha contra el cambio climático en 2030 y 2050.

Stiell hizo esas consideraciones en una conferencia pronunciada en la Universidad ADA de Bakú (Azerbaiyán), ciudad donde el próximo noviembre se celebrará la 29ª Cumbre del Clima, conocida como COP29.

El jefe climático de Naciones Unidas pronunció un discurso en el que se proyectó inicialmente a 2050 para concluir cuál es la situación actual del mundo en términos de lucha climática.

2050

Respecto a 2050, imaginó que la humanidad ha conseguido limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a la era preindustrial, con lo que los sistemas energéticos mundiales tienen “emisiones netas cero”, los países serán autosuficientes energéticamente y la energía sería “accesible, asequible y predecible para todos” gracias a las renovables, lo que habría reducido las desigualdades sociales.

Además, el sistema financiero mundial habría dado prioridad “al bienestar humano por encima de atender solo los resultados” y “los billones de dólares que antes se gastaban en subvenciones a los combustibles fósiles están disponibles para fines mejores: sanidad, educación, redes de apoyo para los que se quedan atrás”.

“Nuestras sociedades resilientes han pasado de una relación extractiva a una relación regenerativa con la naturaleza. Ya no es peligroso para la salud salir a la calle en las grandes ciudades debido a la contaminación atmosférica. Como consecuencia, cada año se salvan millones de vidas”, añadió.

Stiell apuntó: “El viaje de varias décadas hacia la descarbonización será una de las mayores transformaciones económicas mundiales de nuestra era. Su alcance será comparable al de la revolución industrial o la llegada de la economía digital. Esto significa que también se encuentra entre las mayores oportunidades comerciales de nuestra era y, si conseguimos la transformación adecuada, será el advenimiento de profundos cambios sociales y beneficios reales para los 9.700 millones de personas que se espera que habiten nuestro planeta en 2050”.

“Esta visión no es una ilusión. Se refleja en toda la gama del Acuerdo de París y en los acuerdos negociados línea por línea, palabra por palabra, coma por coma, en posteriores conferencias de la ONU sobre cambio climático. No es ni utópica ni distópica. Es utilitaria, pragmática y factible, basada en tecnologías existentes, pero aún no plenamente desarrolladas y en políticas aplicadas”, agregó.

2030

Después, adelantó el calendario a “enero de 2030”, cuando las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se habrían reducido en un 43% y la energía renovable resulta abundante y asequible, incluso en los países en desarrollo.

Entonces, un “precio justo” del carbono impulsa las inversiones en energías renovables, se ha “roto” la inversión en combustibles fósiles y las economías se han diversificado con “más puestos de trabajo, cadenas de suministro más fuertes y un crecimiento económico más estable”.

“Las emisiones de metano son mínimas, gracias a una acción sencilla pero rápida en todas las industrias. Miles de millones de personas disponen de herramientas prácticas para adaptarse y resistir los impactos climáticos. Los sistemas de alerta temprana han cubierto a todos los habitantes de la Tierra desde 2027”, añadió.

2025 Y 2024

Por otro lado, Stiell imaginó que a principios de 2025 todos los países han presentado nuevos planes climáticos nacionales con compromisos alineados con no superar el límite de calentamiento global de 1,5 grados, cubren todos los gases de efecto invernadero y establecen cómo se llevará a cabo la transición hacia la descarbonización en cada sector de la economía.

Además, indicó que Estados Unidos, China, Rusia, Brasil, Indonesia, Alemania, India, Reino Unido, Japón, Canadá, Francia, Australia, Argentina, México, Sudáfrica, Italia, Corea del Sur, Arabia Saudí, la UE y Turquía, responsables en conjunto del 80% de las emisiones mundiales, se replantean “seriamente” sus objetivos climáticos.

Más cerca en el tiempo, Stiell se acercó hasta la COP29 de Bakú, el próximo mes de noviembre. Entonces, destacó que el sistema financiero mundial debe contribuir “de forma significativa” a la transición climática.

“Está claro que para lograr esta transición necesitamos dinero y mucho. 2,4 billones de dólares o más. 2,4 billones de dólares es lo que el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre Financiación Climática calcula que se necesita cada año para invertir en energías renovables, adaptación y otras cuestiones relacionadas con el clima en los países en desarrollo, sin contar a China”, comentó.

En este sentido, subrayó: “Sin mucha más financiación, las victorias climáticas de 2023 se desvanecerán rápidamente en más promesas vacías. Necesitamos torrentes -no goteos- de financiación para el clima”.

HOY

Stiell concluyó su discurso poniendo el foco en “el día de hoy”, con 1,1 grados de calentamiento global después de que 2023 fuera el año más caluroso jamás registrado.

“Hará falta un esfuerzo olímpico en los próximos dos años para encarrilarnos hacia donde tenemos que estar en 2030 y 2050. De hecho, las medidas que adoptemos en los próximos dos años determinarán cuánta destrucción causada por el clima podremos evitar en las próximas dos décadas y mucho más allá”, recalcó.

A este respecto, señaló: “El lema olímpico ‘más rápido, más alto, más fuerte’ debería ser nuestro mantra climático compartido”.

Por ello, demandó “ponerse manos a la obra” y evitar “escudarse en las lagunas de los textos” que se acuerdan en cumbres climáticas, pues “las repercusiones climáticas martillean la economía y la población de todos los países”.

Así, Stiell puso de relieve que en 2050 se habría producido la “extinción” de ONU Cambio Climático tal y como se conoce actualmente, pues pasaría a ser como “un repositorio de datos que reflejará con precisión las cifras, a medida que los países vayan cumpliendo sus compromisos, en línea con los objetivos globales ya acordados”.

“Tengo la ferviente esperanza de que en 2050 esta organización ya no sea necesaria, en una economía mundial neta cero y resistente al cambio climático, consignada a un lugar en los libros de historia: un capítulo sobre cómo la humanidad se salvó a sí misma y a su único hogar”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
02 Feb 2024
MGR/gja