Durante una entrevista a Servimedia, Llamazares reconoció que la decisión debe tomarse "antes de que empiece el rodaje del Gobierno vasco", ya que habría que introducir modificaciones en alguna de las consejerías que ahora ostentan representantes políticos del PNV y EA.

A su juicio, la entrada de IU en el Gobierno vasco debe suponer que su partido comparta "la política y la gestión" de Ajuria Enea. De hecho, las exigencias "no serán diferentes" de las que ambas partes negociaron ya en el mes de julio antes de la investidura del lehendakari.

CAMBIOS EN EL GOBIERNO VASCO

Por eso, tanto el coordinador general de IU como su homólogo en el País Vasco, Javier Madrazo, pedirán a Ibarretxe la cesión de una consejería. Presumiblemente, la misma que reclamaron en la primera ronda de negociaciones: Ordenación del Territorio, Vivienda y Media Ambiente.

El lehendakari nombró en julio titular de este departamento a Joseba Azkarraga Rodero, de Eusko Alkartasuna, que se vería obligado a abandonar el cargoapenas dos meses después de acceder a él, según las exigencias de Izquierda Unida.

Además, Llamazares explicó que el acuerdo de Gobierno con el PNV debe recoger otros tres puntos a desarrollar en Euskadi: paz, seguridad y libertad; convivencia y diálogo político sobre el Estatuto; y un giro social en la política del Ejecutivo vasco.

El coordinador general de IU pide concesiones de contenido presupuestario, de orientación política y de áreas de responsabilidad para llevar a buen puerto las negociaiones con el PNV a partir del mes de septiembre.

EVITAR EL FRENTISMO

Con la entrada en el Gobierno vasco, Izquierda Unida pretende "ser un puente" en el Ejecutivo de Ibarretxe para evitar que se "reedite el frentismo" y Batasuna pueda llegar a jugar otra vez un "papel determinante" en la sociedad y en la política de Euskadi.

"Batasuna no se merece intervenmir y condicionar la política vasca en cuanto no se libere de sus sujeciones y sus subordinacaciones a ETA", aseveró. Además, recordó que Ibaretxe ya demostró que las negociaciones "no habían terminado" durante su discurso de investidura.

Llamazares pretende, de este modo, que la entrada de IU-EB en el Gobierno vasco signifique un elemento estratégico para abrir "una nueva etapa más favorable al mestizaje, al pluralismo y al diálogo entre nacionalistas y no nacionalistas".