El viaje inaugural tuvo lugar el sábado, con la presencia del alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, entre otras personalidades políticas, que probaron las excelencias de los vagones diseñados por Alstom, silenciosos y sin vibraciones, a diferencia de los tranvías del pasado.

Los vecinos de París han podido viajar en el nuevo tranvía gratis durante todo el fin de semana. La linea abierta tiene casi ocho kilómetros y sustituye una linea de autobús anterior. Cuenta con diecisiete estaciones y puede transportar a 100.000 personas por día, el doble que el autobús, con una frecuencia de paso de cuatro minutos en hora punta, según informa "Le Monde".

El proyecto fue lanzado en el año 2000 y ha requerido una inversión de 311,5 millones de euros. Cada tranvía dispone de 304 plazas, de las cuales 78 sentadas. Los promotores de la iniciativa esperan que el tranvía suponga una reducción del 25% en el tráfico de automóvil en los bulevares de los Mariscales y la disminución de la contaminación atmosférica en la zona.